SAO PAULO. Al menos siete personas, entre ellas dos periodistas de CNN, resultaron heridas en los enfrentamientos registrados hoy en Sao Paulo entre la policía y manifestantes que se oponen al Mundial de Futbol en Brasil, que comienza este jueves.
Los manifestantes salieron temprano a las calles de la más grande ciudad brasileña, unas seis horas antes del partido inaugural del Mundial entre Brasil y Croacia, pero fueron reprimidos por la policía cuando intentaron bloquear una importante vía.
Fue la primera de las protestas que se esperan para hoy en varias ciudades del país en coincidencia con el comienzo del Mundial.
En un primer enfrentamiento, cerca de 150 hombres de la Tropa de Choque de la Policía Militarizada del estado de Sao Paulo dispersaron con gases lacrimógenos y bombas de efectos a un grupo de 200 manifestantes que intentaba bloquear la avenida Radial Este, la principal vía de acceso al Arena Corinthians, el estadio de Sao Paulo donde se jugará el primero de los 64 partidos del Mundial.
La policía arrestó a uno de los participantes en la protesta que intentó frenar la marcha de los policías que, en fila, avanzaban con escudos hacia los manifestantes, que se concentraron inicialmente frente a la estación Carrao del metro, en la zona este de Sao Paulo, a donde fueron convocados por las redes sociales.
En este primer incidente quedaron heridas dos periodistas de CNN.
La productora de la red de televisión norteamericana en Sao Paulo, Barbara Arvanitidis, de nacionalidad canadiense, fue herida en un brazo aunque sin gravedad. Y la corresponsal de CNN en la ciudad brasileña, Shasta Darlington, también sufrió rasguños como consecuencia de una caída durante la confusión.
Algunos de las personas que se dispersaron se dirigieron hacia la estación de Tatuape del metro, a pocas calles y en donde un grupo de empleados del metro de Sao Paulo estaba concentrado en una manifestación contra el despido de 42 trabajadores de la compañía.
Los empleados del metro, que llegaron a amenazar con una paralización en el día inaugural del Mundial y finalmente desistieron, han convocado a diferentes protestas para exigir que la compañía readmita a los despedidos.
La manifestación de los empleados del metro fue reforzada por numerosos jóvenes, varios de los cuales encapuchados y vestidos de negro, que forman parte del llamado Black Bloc, un grupo que defiende el uso de la violencia en las manifestaciones.
Desde el nuevo punto de concentración de los manifestantes un grupo intentó nuevamente avanzar hacia la Radial Este, por lo que la policía tuvo que volver a reprimir a los participantes en la protesta con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas aturdidoras.
Los enfrentamientos involucraron a un pequeño grupo más radical, que encendió hogueras con basuras y protagonizó actos de vandalismo, debido a que los trabajadores del metro y manifestantes de otros grupos prefirieron desistir de la protesta.
Los manifestantes fueron dispersados por completo hacia el mediodía, cuando numerosos aficionados ya comenzaban a desplazarse en metro o a pie hacia el Arena Corinthians.
El gobierno ha dicho que tolerará las manifestaciones desde que no sean violentas y desde que no amenacen la locomoción hacia los estadios en que se disputará el Mundial.