Francia goleó a Honduras, por 3-0, en su primer partido del Mundial de Brasil 2014, correspondiente al grupo E, disputado en el estadio Beira Rio de Porto Alegre.

 

Karim Benzema, delantero del Real Madrid, abrió la cuenta al borde del descanso al transformar un penalti y la cerró a los 72 minutos.

 

También participó decisivamente en el segundo (m.48). Remató un balón, este dio en el palo y luego, cuando salía en paralelo, rebotó en el meta Noel Valladares con dirección a la portería.

 

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Fotos: EFE

 

 

El portero trató de evitar que entrara pero, tras aplicarse por primera vez en la historia la tecnología de la línea de gol, se comprobó que el esférico había entrado al completo y se decidió que el tanto subiera al marcador, aunque en propia meta del arquero hondureño.

 

La tecnología de gol fue usada por primera vez en el Mundial durante este encuentro,  en el que un disparo de Karim Benzema que metió dentro de su portería el guardameta Noel Valladares, necesitó del uso del nuevo sistema implantado por la FIFA.

 

El segundo tanto de Francia, en el minuto 48, llegó con incertidumbre y entre las quejas de los jugadores de Honduras, que, en un primer momento vieron en los videomarcadores del estadio como, con la tecnología de gol, el balón no había superado la línea de la portería de Valladares.

 

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Después, en una segunda toma, sí se vio con claridad como el tanto era legal entre la incredulidad de algunos aficionados y del entrenador de Honduras.

 

Luis Fernando Suárez dialogó un minuto con Didier Deschamps y al final tuvo que conformarse con la decisión del árbitro del partido, el brasileño Sandro Ricci.

 

Al minuto 44, Francia logró ponerse al frente al cobrar un penal.

 

 

 


Este es el partido en el que los dirigidos por Didier Deschamps no deben fallar y están obligados a conseguir los tres puntos, puesto que después se deberán enfrentar con Suiza y Ecuador, equipos que, en el papel, son superiores a la selección centroamericana.

 

Fue Francia la que siempre tuvo el control. Nunca dejó a Honduras acercarse a la portería de su capitán, Hugo Lloris, que en la primera parte no recibió ningún disparo entre los tres palos. Vivió una tarde plácida, seguramente inédita en su carrera.

 

Desde su área, Lloris contempló como sus compañeros se hicieron con el balón y no lo soltaron. Casi todo el peso del juego lo llevó Mathieu Valbuena, que estuvo excepcional y omnipresente durante casi todo el partido.

 

Sin Franck Ribery, el único futbolista que perturbó la convivencia de una selección que es una balsa de aceite comparada con la del Mundial de Sudáfrica, Valbuena tomó el mando con mucha clase.

 

Por causas aún desconocidas, no escucharon sus himnos nacionales en el estadio Beira-Rio de Porto Alegre, donde se cierra la primera jornada del grupo E tras la victoria de Suiza sobre Ecuador por 2-1.

 

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Como es tradicional en cada partido oficial internacional, uno de los emblemas de cada país suena por los altavoces de los estadios.

 

En esta ocasión, cuando estaban las dos selecciones esperando a que sonasen el himno de sus naciones, no se escuchó nada.

 

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Ni La Marsellesa, himno de Francia, ni el de Honduras, conocido como “Tu bandera es un lampo de cielo”, resonaron por los altavoces de un estadio que pocos días antes de la final todavía tenía algunos puntos en obras.