Las cosas no están mal en Oaxaca. Están peor. O, que se dijera: “estábamos mejor cuando estábamos peor”. Gabino Cué llegó a gobernador como la esperanza de la recuperación: ya no lo es; lástima.
Oaxaca en un piñón: En apenas unos días el estado de la situación es más que evidente:
La madrugada del miércoles 11 de junio, hubo un enfrentamiento a muerte en San Juan Cotzocón, Mixe. Fue por razones de definición del gobierno municipal. Desde hace tiempo grupos adversarios, a los que subyacen el PRI y el PAN bajo la máscara del sistema de usos y costumbres, se habían confrontado: uno, el grupo histórico y compuesto por habitantes originarios; otro, compuesto por originarios pero también por habitantes de buen poder económico y muchos de ellos llegados de fuera y otro con exigencias de nuevo habitante con derechos… y tal…
Ocurrieron las confrontaciones. Hubo gobierno que otros no reconocieron. Hubo imposiciones e impedimento para gobernar. Así que, en un operativo fallido de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca y la Secretaría de Seguridad Pública para operar órdenes judiciales, murieron nueve personas:
“Pensamos que eran Zetas, venían disparando, llegaron a los domicilios pateando puertas, golpeando a las mujeres. Eran las 4 del miércoles cuando el convoy de policías ingreso por los dos accesos de la comunidad y los rodearon:
“Mas de 200 policías habían ingresado, pero cuando parte de la población se rebeló se enfrentaron: murieron cinco habitantes, y cuatro policías. Los policías que pudieron escapar afirman que el gobierno los envió allí, “prácticamente al matadero en una región con presencia del narco y la guerrilla del EPR…” Es una versión.
La madrugada del jueves 12 de junio hubo una balacera en el Centro Histórico de Oaxaca. La refriega fue por los puestos de vendedores ambulantes independiente y quienes, dicen, los extorsionan y les cobran “derecho de piso”. Denunciaron que el líder de la Unión de Artesanos y Comerciantes Oaxaqueños en Lucha, Adán Mejía López, está detrás de este “operativo” violento…
Un gran número de taxis aparecieron la mañana del viernes 13 en la plancha del zócalo de la capital oaxaqueña: es una confrontación de operarios y líderes sindicales…
Estudiantes normalistas, de los 11 planteles exigen que el Instituto Estatal de Educación Pública la pronta entrega de solicitudes de ingreso. Cierran accesos. Bloquean…
La Sección 22 de la educación se ha adueñado del mandato. Paros. Bloqueos. Se incumple el calendario escolar y con bajo rendimiento ¿Aliados del gobierno? No. Si sometimiento de gobierno. ¿Sabe Gabino Cué el costo social y futuro de esta situación? ¿Sabe que ya se han perdido dos generaciones de oaxaqueños y que dentro de poco no podrán competir en un sistema de mercado como el que se vive aquí? Ingobernabilidad es la enfermedad.
Está en cada uno de los actos de la sociedad oaxaqueña: Hay expresiones de indignación por todos lados que sugieren a un estado de la República sin gobierno.
La ingobernabilidad también se palpa en la falta de desarrollo y productividad. La planeación para el crecimiento y la distribución es inexistente. Hay escases de industria, falta de comercialización y de consumo de bienes y servicios. El campo está desahuciado. La migración de oaxaqueños a los Estados Unidos es pan cotidiano. Es una forma de huir.
El ajuste a la baja del crecimiento económico federal impactará de forma desastrosa en una economía oaxaqueña francamente débil: “¡No tenemos suficiente producción!” reclama Hilda Luisa Pérez Ruiz, presidenta del Colegio de Profesionales de la Economía del estado de Oaxaca…
Y hay permanentes acusaciones de corrupción: “La escandalosa corrupción realizada por la mafia del ministro plenipotenciario con abultada cartera para comprar a todos, Jorge Castillo Díaz, se ha convertida en el peor de los saqueos de la historia de Oaxaca. Y vaya que no era nada fácil superar la corrupción sin llenadera de los gobiernos de José Nelson Murat Casab y de Ulises Ruiz Ortiz ampliamente conocida y a la vista de todas y todos los oaxaqueños” publicó por estos días el analista Alfredo Martínez Aguilar.
El gobierno federal está furioso con Gabino Cué. La situación se agrava con la ‘ley del hielo’ que les aplica al gobierno estatal y al gobernador, a quien considera en rebeldía por la falta de control estatal. El Congreso local no ha armonizado la educación de Oaxaca con la Reforma Educativa Federal. El gobernador se desvincula de la federación en materia administrativa e, incluso, constitucional: los perdedores son los oaxaqueños.
El analfabetismo está aquí galopante. Y aun así: de 50 mil maestros de educación básica sólo el 6.4 por ciento se ha acreditado, en tanto que de secundaria tan sólo 2.4 por ciento. Hay insania inter magisterial: se negocian plazas con la Sección 22 y las asistencias o no, a paros, se pagan o se castigan…
En salud 15 de cada 100 mujeres embarazadas no tienen acceso a un parto por especialistas. Por cada 100 mil niños nacidos vivos en Oaxaca mueren 60 mujeres… En los últimos siete meses hubo cinco casos de partos fuera de hospitales, por negligencia. Llueven recomendaciones de la CNDH y el gobierno estatal ‘ni caso’…
Campo desahuciado, educación en tragedia, salud sin servicios de salud, inversiones congeladas, improductividad, comercialización ineficiente, migración, movimientos sociales incontrolables, confrontación social, corrupción, burocratización y negligencia: ingobernabilidad, ingobernabilidad, ingobernabilidad…
Oaxaca es, hoy, una tragedia. Y una bomba de tiempo. Breve panorama bajo el puente. ¿Qué lleva el río, hacia dónde corre?