WASHINGTON. Por primera vez en su historia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo hoy el potencial de crecimiento de Estados Unidos a largo plazo, de un 3 por ciento a un 2 por ciento, debido al envejecimiento de su población, una productividad más moderada y el acuciante problema de la pobreza.
En la presentación del informe anual conocido como Artículo IV, sobre el estado de la primera economía mundial, el FMI recordó que la recuperación estadunidense está siendo más débil de lo esperado, con mercados laborales aún vulnerables que no permiten esperar alcanzar el pleno empleo hasta 2017.
El Fondo rebajó hoy ocho décimas hasta un 2 por ciento el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos para este año debido a la dureza del pasado invierno, mientras que mantuvo sin cambios su pronóstico para 2015, situado en un 3 por ciento.
“Que un duro temporal afecte al crecimiento económico nos manda un mensaje, este clima extremo se ha repetido más frecuentemente en los últimos 20 años y por ello es muy importante hacer frente al cambio climático”, explicó en una rueda de prensa la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Por otra parte, el FMI apuntó que aunque la tasa de desempleo se ha reducido hasta el 6.3 por ciento de mayo y se crearon 217,000 empleos, manteniendo una tendencia positiva durante varios meses seguidos, “los mercados de trabajo son más débiles”.
“El desempleo a largo plazo es elevado, la participación en la fuerza de trabajo se mantiene muy por debajo de lo que podría explicarse por los factores demográficos, y los salarios están estancados”, indica el informe.
Lagarde también destacó como una de las tareas más acuciantes para Estados Unidos reducir los niveles de pobreza, situación en la que se encuentran 50 millones de estadunidenses.
La directora gerente destacó que este problema es especialmente grave debido a que muchos de aquellos que viven en la pobreza trabajan, pero no ganan lo suficiente.
El FMI recomendó un aumento del sueldo mínimo a nivel federal, que se complemente con los subsidios fiscales a las familias de bajos ingresos.
La directora gerente del FMI recordó que el sueldo mínimo de 7,25 dólares la hora es uno de los más bajos de las economías desarrolladas, aunque evitó pronunciarse sobre si considera adecuado el aumento a los 10,10 dólares que propone el presidente Barack Obama y que ha sido bloqueado en el Congreso.
“Recomendamos también reformas a largo plazo ante el envejecimiento de la población y la baja productividad”, indicó Lagarde.
La profunda crisis económica de 2008 en Estados Unidos podría haber impactado de manera profunda el potencial de crecimiento de esta economía, por lo que el Fondo recomienda “una solución que abarque múltiples ámbitos”.
Entre las recomendaciones se incluye un llamamiento para que los políticos estadunidense lleguen a un acuerdo que permita avanzar en una reforma migratoria, “a fin de ampliar la fuerza laboral, elevar la productividad promedio de la fuerza de trabajo y respaldar el ajuste fiscal a mediano plazo”.
En cuanto a la política monetaria estadunidense, Lagarde respaldó “el ritmo gradual de normalización en los tipos de interés”, que se encuentran cercanos a cero y siguen acompañados con medidas de estímulo.
Esos programas de inyección de liquidez mediante la compra de bonos han comenzado a rebajarse progresivamente desde diciembre, algo que no ha venido acompañado con un aumento de la inflación a los niveles del 2 por ciento marcados por la Reserva Federal (Fed), lo que podría garantizar tipos cercanos a cero más allá de 2015.
Lagarde consideró hoy que Estados Unidos, debido a ese crecimiento más débil a lo esperado, no conseguirá alcanzar sus objetivos de inflación “por algún tiempo”.
Sobre la política monetaria estadunidense, la titular del FMI recordó que persiste la incertidumbre en los mercados, por lo que recomendó que “la eficiente comunicación continúe” y se amplíe “gradualmente” con ruedas de prensa más frecuentes de la FED que las cuatro anuales de la actualidad.
“Las crisis puede que esté rebajándose, pero la inestabilidad financiera no ha desaparecido”, aseveró Lagarde.