Después de la reducción de crecimiento de la economía de Estados Unidos estimada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo único que le queda a México es esperar que en los próximos dos semestres el gobierno federal anuncie la aplicación del gasto público, con el fin de contrarrestar la disminución de exportaciones derivada de ello.

 

“Con esto deberíamos esperar que en estos próximos dos trimestres el gobierno federal se decidiera a ejercer el gasto público, que puede amortiguar el efecto de las exportaciones”, dijo Miguel Ángel Corro Manrique, director del departamento de economía del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe.

 

Ayer, FMI emitió una serie de recomendaciones a Estados Unidos para mejorar las perspectivas de crecimiento, luego que el organismo ajustó a 2 por ciento la proyección económica de ese país, desde 2.8 por ciento que anticipó en un inicio.

 

De acuerdo con Corro Manrique, se trata de un anuncio tardío, ya que las estimaciones para el país vecino ya estaban contempladas por los cálculos que el Banco de México (Banxico) y otras organizaciones privadas tomaron en cuenta para disminuir la tasa de crecimiento para México durante este año.

 

Lenta recuperación

 

“La Secretaría de Hacienda fue la última en aceptar lo que ya habían dicho Standard & Poor’s y Banxico, que previeron que la economía mexicana sufriría las consecuencias de la lenta recuperación de Estados Unidos”, dijo el analista.

 

Estas consecuencias son fáciles de detectar debido a la gran cantidad de tratados comerciales que se tienen con EU y de manera natural, por ser uno de sus vecinos más cercanos.

 

Los sectores que más se verán afectados serán los relacionados a las exportaciones, sin embargo, el declive de otros indicadores como los empleos y eventualmente la confianza del consumidor también se verán mermados, por lo que la única esperanza para México de revertir estos pronósticos es que se ejerza lo más rápido posible el gasto público en las reformas y planes anunciados por el gobierno federal.

 

Corro Manrique explicó que entre otras cosas, la generación de empleos y por ende, una recuperación eventual en la confianza del consumidor en el país, se verían beneficiadas de una liberación del gasto público y su utilización para todos los proyectos derivados de las reformas estructurales anuncias en el último año por Enrique Peña Nieto.