RÍO de JANEIRO, Brasil. Alguien que le explique a los brasileños que no ganaron. Tan pronto terminó el partido en Fortaleza, en Río de Janeiro comenzó la fiesta. Los brasileños salieron a las calles a bailar y bailar, festejar como si hubieran ganado el partido, como si el pase a segunda ronda estuviera garantizado o más aún, como por lo menos hubieran llegado a los Cuartos de Final.
Fiesta en las banquetas y el arroyo vehícular de la Avenida Atlántica, digamos, la más famosa costera de Río, porque aquí hay varias playas que tienen una avenida al lado.
Fiesta con samba y también con ritmos más actuales, una especie de rock brasileño con su tique tropical, y mucho pop del que se escucha por aquí, ya que cosas como el bossa nova son de la prehistoria. Y es que aquí mañana miércoles es feriado, así que nadie tiene ganas de irse a dormir.
Los mexicanos estaban más que contentos, festejaban el triunfo estruendosamente y ríos de alcohol corrieron por sus gargantas. Es por eso, quizá, que se van a dormir temprano. Es el segundo partido de México que nos toda acá, en el que la fiesta de la noche es de los locales, o de los argentinos, porque a los mexicanos en gran número sólo se les ve a la entrada de los bares donde se ejerce la prostitución (que ahí es legal) o en los restaurantes de sus hoteles.
Pero hay que disculparlos hoy. Si bien el día del partido contra Camerún, unos tres mil connacionales abarrotaron el fan fest de la FIFA en Copacabana, ayer había más de 20 mil brasileños, y el resto, unos dos mil mexicanos.
Eso sí, a la hora de hacer ruido se notaban, sobre todo en ese momento en el que el portero local, a más de dos mil kilómetros de distancia, estaba por hacer el saque de meta, y entonces, desde acá le iba raudo ese grito que a la Conapred la tiene muy preocupado.
¿Cómo viven el empate por acá? Para los brasileños fue un simple accidente. Pero eso sí, no faltó el abucheo acá en Río, para Fred, el 9 amazónico, cuando fue sustituido.