Miroslav Klose, con su tanto ante Ghana, el que rescató un punto para Alemania en el Mundial de Brasil 2014, ha igualado al brasileño Ronaldo Nazário como máximo artillero en fases finales del Mundial y acumula 15 dianas en cuatro Copas del mundo disputadas desde el 2002.
Demoledor en el remate de cabeza y notable en la recepción de espaldas, el delantero (1,82 metros y 74 kilos) cuenta con 5 goles en el mundial del 2002, cuando fue subcampeón, con otros 5 en el 2006 -máximo anotador de esa edición, en la que Alemania fue tercera- , con cuatro en el 2010, cerrada con otro tercer puesto, y uno, por el momento, en 2014.
“Todo el mundo sabe que el récord goleador en mundiales es un objetivo mío”, dijo en una reciente entrevista, en la que admitió que el de Brasil probablemente será el último gran torneo de selecciones que dispute.
Klose tiene otro récord en el horizonte, que difícilmente será consumado por la edad: igualar los 150 partidos con la selección alemana sumados por Lothar Matthaus. Le restan 17 choques.
Nacido en la pequeña ciudad de Opole, en el sur de Polonia, de un padre futbolista de origen alemán y una madre jugadora de balonmano polaca, el actual ariete de la Lazio italiana marchó a vivir a Alemania con apenas 8 años.
SG Blaubach-Diedelkopf y FC 08 Homburg antecedieron su salto al 1999 al Kaiserslautern, entonces un equipo que había sido campeón alemán en dos ocasiones en la década de 90.
El Werder Bremen fue su siguiente destino, entre 2004 y 2007, cuando obtuvo una asombrosa media anotadora de 0,60 tantos por partido (59 aciertos en 89 encuentros).
Contratado por el Bayern Múnich, jugó cuatro temporadas en el coloso de Baviera con el que levantó dos Bundesligas (2008 y 2010). En 98 participaciones sumó 23 redes.
Retomó la vena goleadora en la Lazio, donde milita desde el 2011 con un relevante saldo de 35 goles en 80 partidos. Con los romanos logró la Copa de Italia en el 2013.
Miroslav Klose también se ha destacado en su carrera por juego limpio. En el 2005, cuando vestía el verde del Bremen, rehusó a aceptar un penalti concedido ante el Arminia Bielefeld por considerar que no lo era.
Recientemente, en septiembre del 2012, Klose, ya como delantero de la Lazio, confesó al árbitro que había marcado con la mano en un choque ante el Nápoles. El colegiado rectificó y decidió no amonestar al alemán por su gesto honesto.