Dicen que el hambre es canija y más si te agarra en carretera y, más todavía, cuando se habla del Tri del Piojo Miguel Herrera, un equipo al que nada más no se le quita. Y no sólo el hambre futbolística, que ya demostraron, en la cancha, es voraz; sino también la que te hace rugir la tripa, por eso los capitaneados por Rafael Márquez, en el camino de Sao Paulo no dudaron en pedir al chofer que se detuviera en una conocida cadena de hamburguesas para darle gusto al diente.
No hubo necesidad de hacer fila india para empacar el famoso hamburguesa, papas y refresco, para eso bajaron don Piojo, junto a Héctor Gónzalez Iñarritú, y la gente de prensa de los verdes, y es que no hay que escatimar en mimos, los de verde, hasta el momento, merecen una orden doble, al fin que acá en tierras brasileñas, eso del clembuterol nada más no pega.
Primera vez que es necesaria una escolta de hasta nueve motociclistas para calmar un ataque de hambre de toda la selección mexicana; el último antes de llegar a Santos, hogar de estos verdes con base en el hotel Parque Balneario, que pasan los días, y nada más no se queda sin mexicanos con sombrero de paisano, charro, maraca o bandera, que apoye a un Tri que hasta el momento vaya que ha colmado expectativas.
Es una costumbre que no deja de extrañar al ciudadano local, amante de la fiesta y el futbol, pero admirado con el amor del aficionado mexicano hacia una selección que no suele ser protagonista cuando se trata de un Mundial. Realidad que el Piojo Miguel Herrera busca mover a toda costa. Por eso ya planea la estrategia para los octavos de final del próximo domingo en Fortaleza.
Sus verdes entrenan hoy temprano. Estarán en Santos con el balón al pasto durante hoy y el jueves, para el viernes emprender el viaje a la tierra donde empataron con la canarinha. Donde Guillermo Ochoa acaparó “memes” y portadas, donde empezó a sentirse que el Tri de espejismo no tenía nada.
De momento, en Santos, seguirán los gritos de “¡México, México!”, y claro, el Cielito Lindo bajo cualquier pretexto. A decenas de mexicanos no les basta con seguir a los verdes sólo en los juegos de Natal, Fortaleza y Recife; ellos disfrutan con la travesía de verlos hasta en los entrenamientos. No importa si para ello tienen que bajar en el cono sudamericano de Recife a Sao Paulo, seguir camino a Santos, para alcanzar a observarlos, aunque sea un momentito, mientras que bajan del autobús que los presume como Aztecas; el suertudo, a lo mucho, alcanzará una foto, o ya rayado, una firma con Chicharito, Márquez, Ochoa, o el mismísimo Piojo que casi siempre encabeza a sus huestes.
Verdes que duermen tranquilos, que esperan octavos de final el próximo domingo, hasta encontrarse con el naranja holandés que huele a favorito, aunque luego del hambre mostrada por los Tricolores: hamburguesas, papas encontrarse con el naranja holandés que huele a favorito, aunque luego del hambre mostrada por los Tricolores: hamburguesas, papas, refrescos…, y hasta una naranja se pueden echar.
Pedro Iván Quintana
RECIBEN CON JÚBILO AL TRI EN SANTOS Tras haber sellado el pase a los octavos de final con la victoria de 3-1 sobre Croacia en Recife, la selección mexicana regresó a su base de concentración en la ciudad de Santos. Después de tres horas de vuelo y una más por carretera, el combinado nacional arribó alrededor de las 17:30 al Hotel Parque Balneário para encontrarse con unos 200 aficionados que ya los esperaban. El Tri entrenará en el Centro Rei Pelé hasta el día viernes, cuando partan a Fortaleza para afrontar el duelo ante Holanda.CARLOS SEVERINO