Ahora resulta que los millones de mexicanos que utilizan los servicios que ofrecen las empresas de telefonía móvil, los que ven televisión, escuchan la radio y hacen uso del internet, deben hacerle un monumento a la “seño Puri” porque nos va a salvar de los monopolios. Ella, al igual que la otra “seño”, ha lanzado una “cruzada contra los enemigos de México”, aquellos que no quieren un país desarrollado, fuerte, igualitario.

 
Y explica la “seño” por qué es merecedora de la estatua: “A diferencia de muchos defensores políticos de un sector de comunicaciones sin monopolios, yo sí estoy dispuesta a generar competencia en el sector tanto en la ley como en la práctica…” De ahí que le haya pedido a su colega, amigo y futuro socio, un tal José Gutiérrez Becerril -ex director de Telefónica Movistar, que dirige Francisco Gil Díaz-, que la acompañara en dicha cruzada. Comprenderán esos millones de mexicanos que ella no puede enfrentar sola la titánica labor. Y entenderán por qué quiso compartirle a “Pepe” el “gordo de la lotería”, el negocio, pues.

 
A sus detractores les aclaró: Mi conducta ha sido siempre intachable; me he conducido en todo momento con estricto apego a la ley. Y les hizo saber que este tipo de ataques solamente la hacen más fuerte y endurecen su postura de rechazo permanente a los monopolios en el sector de telecomunicaciones en México. “No hay que confundirse, el enemigo no soy yo, el enemigo son los monopolios”, subrayó la “seño Puri” quien pretende erigirse en la defensora de millones de usuarios que sufren los atropellos de los monopolios, y también en adalid de la democracia.

 
Caray “señito”, no sabe cuánto le agradecemos que se preocupe por los usuarios de los servicios de telecomunicaciones, pero si realmente fuera usted tan honesta como dice, y de conducta intachable como presume, lo menos que debería hacer es excusarse e irse a su casa, porque después del espectáculo que ha brindado a la sociedad mexicana, difícilmente alguien va a creer en sus “buenas intenciones”. ¡Renunciar jamás! Respondió medio ofendida.

 
A Luis Téllez Kuenzler -quien siempre tuvo pique con la “señito” cuando estaba bajo sus órdenes en el gobierno federal-, el presidente Felipe Calderón lo cesó como secretario de Comunicaciones y Transportes nada más porque tuvo la ocurrencia de decir que el señor licenciado Carlos Salinas de Gortari se había “clavado” toda la partida secreta. A “Puri” no la pueden cesar porque como diputada goza de inmunidad.

 
AGENDA PREVIA

 
Dice el maestro Juanito Díaz de la Torre, dirigente del SNTE, que ellos no son “alfombritas” ni “colaboracionistas”, pero tampoco contestatarios del gobierno federal porque eso conduce al desaseo, a la descalificación y a la falta de reconocimiento social.

 

Reconoce que “el objetivo de la reforma educativa no estuvo bien comunicado; la expectativa fue muy alta y se generó muchísima desinformación e inconformidad; angustia, temor e incertidumbre”. ¡A qué Juanito!

 
Pues ahora resulta que los llamados “autos chocolate” que pululan no sólo en las ciudades fronterizas del norte del país, sino también en el Occidente y El Bajío, se han convertido en una necesidad para la gente de escasos recursos, dicen las encuestas realizadas en dichas regiones.

 

Quienes se pronuncian por la regularización de esos vehículos procedentes de Estados Unidos, afirman que es la única forma de hacerse de un auto, pues en las agencias los precios de los nuevos y usados “están por las nubes”; además, obtener un crédito para adquirirlos es prácticamente imposible porque les piden hasta el acta de defunción. Sólo un pequeño porcentaje de la población tiene “lana” para adquirir autos de agencia, concluye la susodicha encuesta. De modo pues que por más trabas que le pongan a la regularización de los “chocolates”, argumentando que hay que proteger a la “industria nacional” (¿cuál?), se ve medio difícil que lo impidan.