RÍO DE JANEIRO. Joedir Sancho Belmonte tenía un boleto para el último partido de la Copa del Mundo de 1950, entre Brasil y Uruguay, pero no lo pudo utilizar porque se quedó en su casa cuidando de su madre enferma.
Pero el brasileño guardó el boleto por 64 años. Y el viernes, en un canje con la FIFA, recibió tres entradas para la final del Mundial el 13 de julio en el estadio Maracaná a cambio del pequeño pedazo de papel que tuvo almacenado por décadas.
“Espero que Brasil gane esta vez”, comentó Belmonte, de 85 años. “Esta es nuestra venganza, quiero ver nuestra venganza“.
Brasil perdió ese partido de 1950 por 2-1 ante Uruguay, un encuentro conocido como el Maracanazo que todavía es una cicatriz para los brasileños. Fue la segunda y última corona de Uruguay, mientras que Brasil ganó cinco campeonatos después de eso.
Brasil enfrenta el sábado a Chile en la segunda ronda, mientras que Uruguay choca con Colombia el mismo día, en el Maracaná.
Belmonte relató por qué se perdió el partido hace 64 años, en el que unas 200 mil personas abarrotaron el Maracaná. El estadio, remodelado varias veces después de eso, ahora tiene capacidad para 74 mil personas.
“Mi madre estaba enferma y me pareció que no sería apropiado ir al partido”, comentó Belmonte, un residente de Río de Janeiro. “Así que decidí no ir, y fue una buena decisión“.
Señaló que su madre murió unos días después.
Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, dijo que el organismo rector recibió una carta de Belmonte hace unos meses, donde indicó que quería donar el boleto.
Valcke dijo que el boleto será exhibido en un museo en el centro de Zurich que abrirá en 2015.
“Es algo inusual que nos gustaría tener en el museo”, comentó el funcionario.
Valcke mostró el pequeño boleto de 1950 al lado de las grandes entradas de ahora que utiliza la FIFA, que tienen un chip electrónico de seguridad.
“Aquí está el boleto de 1950”, indicó Valcke. “No tiene un chip de seguridad”.