Aunque México no es un país en estado de guerra, la vida de sus soldados  sí está en constante peligro. Prueba de ello es que en 22 meses el Ejército Mexicano sufrió mil ataques de parte de integrantes del crimen organizado. En la mitad de esas agresiones los militares respondieron con el uso de fuerza letal.

 

Datos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) evidencian que en ese mismo lapso 87 efectivos que participaban en la estrategia contra el narcotráfico fallecieron.

 

La información obtenida a partir de solicitudes de transparencia que 24 HORAS revisó, revela que de junio de 2012 a abril de 2014  se registraron “mil agresiones en contra de personal militar por parte de integrantes de la delincuencia organizada”.

 

De estos ataques, indica la Sedena, en 500 respondió con fuerza letal, es decir, con el uso de armas de grueso calibre. En otros 500 casos no hubo uso de fuerza mortífera, ya sea porque no fue posible responder o porque la amenaza fue nulificada sin realizar disparos.

 

El final del sexenio de Felipe Calderón fue particularmente complejo para el Ejército, pues ahí se presentó el mayor número de agresiones. El peor mes fue octubre de 2012, en el que se registraron 75 agresiones contra el personal castrense; en 45 fue necesario responder con fuerza letal. En el mes siguiente el saldo fue de 67 agresiones contra los militares, y en 42 de ellas se utilizó fuerza letal.

 

Durante el 2013, ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto, el promedio mensual de ataques al Ejército disminuyó entre 20% y 30%, aunque en diciembre hubo un repunte con casi medio centenar de agresiones.

 

Zonas de riesgo

 

Tamaulipas es el estado que concentra el mayor número de agresiones contra el Ejército, por lo menos en el lapso mencionado. De hecho, 505 de los ataques perpetrados se cometieron en esa entidad federativa.

 

Fuentes federales atribuyen esta situación a dos factores: la capacidad de fuego con que cuentan los grupos del crimen organizado en la región, y al amplio despliegue con policía militar que mantiene el Ejército desde hace dos años apoyando a la seguridad pública.

 

En cuanto a agresiones con respuesta letal, Tamaulipas hubo 236 incidentes. Le sigue Guerrero con 63 ataques, Michoacán 38, Coahuila con 37, y Veracruz con 35 y el resto en una decena de entidades más.

 

En agresiones contra militares donde no hubo respuesta letal, en Tamaulipas fueron 269 incidentes, 46 en Michoacán, 36 en Guerrero, 31 en Chihuahua, 19 en Coahuila, entre otros.

 

Por otro lado hay entidades como Yucatán, Baja California Sur, Campeche Chiapas en donde no se reporta ningún ataque contra las fuerzas armadas en los últimos dos años. Aunque se de mencionar que la Sedena no tiene desplegados operativos de envergadura en esas zonas, más allá de su presencia habitual.

 

Mortíferos ataques

 

Entre las agresiones más mortíferas en contra del Ejército Mexicano en esos 22 meses se encuentra la ocurrida el 5 de agosto del año pasado, cuando sicarios emboscaron a una patrulla de la policía militar en Reynosa, Tamaulipas.

 

Los soldados alcanzaron a defenderse pero se vieron en desventaja numérica y de posición en terreno. Además había poca visibilidad porque era de noche. En total cinco elementos de la Sedena fallecieron.

 

Y aunque aún no entra en el registro mencionado, apenas en mayo pasado ocurrió una nueva emboscada de similar magnitud, cuando integrantes del denominado Cartel de Jalisco Nueva Generación le cerraron el paso a un convoy militar en el acceso del municipio de Guachinango, Jalisco.

 

Más de 200 disparos se realizaron en ese incidente y el resultado fue la muerte de cuatro efectivos del Batallón de Infantería, además de un oficial lesionado. No hubo bajas de los agresores.

 

De acuerdo con el registro de la Sedena, en mayo de este año se registró la muerte de siete soldados. Por tercera vez en la actual administración se presenta este número de bajas en un mes, y sigue siendo la cifra más alta.

 

Estados donde se registran más ataques contra el Ejército (Junio 2012-abril 2014)

Ataques Letales

Tamaulipas: 236

Guerrero: 63

Michoacán: 38

Coahuila: 37

Veracruz: 35

 

Ataques No letales

Tamaulipas: 269

Michoacán: 46

Guerrero: 33

Chihuahua: 31

Coahuila: 19

 

 

Pierde Ejército mil 700 Fuerzas Especiales

 

Las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano, el grupo élite de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), han perdido en los últimos años a centenares de efectivos de sus filas. En un sexenio su fuerza operativa se vio reducida en prácticamente 35%.

 

Datos oficiales revelados a principios de año por la Sedena, a petición expresa del Instituto Federal de Acceso a la Información, revelan que en el 2006 el número de elementos adscritos a las Fuerzas especiales era de 5 mil 105 efectivos pero a partir de ahí ha habido casi un descenso sostenido, hasta llegar a 3 mil 380 soldados en el 2013.

 

Hasta ahora no hay un posicionamiento oficial del porqué de esta reducción de casi dos mil elementos. Datos del mismo Ejército indican que han desertado 386 efectivos de estos agrupamientos, pero del resto no hay detalle. Tampoco se ha anunciado alguna suspensión del reclutamiento.

 

Cabe señalar que en los últimos años, los operativos de mayor precisión contra las figuras del narcotráfico estuvieron a cargo de las fueras especiales de la Marina y no del Ejército. En el sexenio pasado se llegaron a revelar versiones del gobierno estadunidense sobre la desconfianza que existía respecto al Ejército Mexicano.

 

Aun con ello, las fuerzas especiales de la Sedena siguen siendo el cuerpo con el entrenamiento élite y de mayor cobertura de las fuerzas armadas en México. Están divididos en tres brigadas con once batallones y pueden realizar operaciones en prácticamente cualquier región del país, ya sea urbana, rural o anfibio.

 

Su entrenamiento incluye  acondicionamiento físico de élite, operaciones de contraterrorismo, guerra anfibia, protección a funcionarios, desactivación de explosivos, incursiones furtivas, entre otros.

 

Formadas en 1986 pero con la denominación de Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), tuvieron un antecedente negativo cuando a finales de la década de los 90 varios de sus elementos desertaron para conformar al grupo de Los Zetas, brazo armado del Cártel del Golfo.