PITTSBURGH. El multimillonario Richard Mellon Scaife, heredero del imperio bancario y petrolero Mellon que financió varios proyectos para desacreditar al el presidente Bill Clinton, murió a los 82 años.

 

Scaife, quien además era dueño de medios de prensa, murió el viernes por la mañana en su hogar, informó su diario, el Pittsburgh Tribune-Review. Hace dos meses había publicado una nota en primera persona en la que anunciaba que padecía un cáncer incurable.

 

“Algunas personas a quienes desagrado podrían alegrarse por la noticia”, escribió Scaife, quien reconocía tener enemigos en política y otros ámbitos. “Naturalmente, no puedo compartir su entusiasmo”.

 

Era sobrino nieto de Andrew Mellon, banquero, secretario del Tesoro y participante en algunas de las empresas industriales más grandes de principios del siglo XX. La revista Forbes estimó su patrimonio neto en 2013 en un mil 400 millones de dólares.

 

Hombre intensamente celoso de su intimidad, Scaife se dio a conocer en los 90 por la mención de la primera dama Hillary Rodham Clinton, la cual dijo que su esposo era blanco de los ataques de una “vasta conjura de derechas“. Funcionarios de la Casa Blanca y otros partidarios de Clinton insinuaron que Scaife cumplía un papel central en los ataques.

 

Varias fundaciones controladas por Scaife contribuyeron millones de dólares a organizaciones opositoras de Clinton, incluidos 1,7 millones para un proyecto de la revista de derechas American Spectator de buscar información sobre el papel del presidente en el escándalo Whitewater sobre inversiones inmobiliarias.

 

Scaife no solía conceder entrevistas, pero en una conversación con el director de la revista George, John F. Kennedy hijo, en 1998, dijo que el presidente Clinton era “una vergüenza“.

 

Su posición hacia los Clinton varió en años siguientes. En una entrevista de principios de 2008, dijo a la revista Vanity Fair que había tenido un almuerzo “muy agradable” con el expresidente y que “jamás en mi vida había conocido a un hombre tan carismático”.

 

También dijo que el ser mujeriego “es algo que Bill Clinton y yo tenemos en común”.

 

Aunque derechista en materia política, era libertario en asuntos sociales, apoyaba el derecho de aborto, la legalización del matrimonio gay y la despenalización del consumo de la mariguana, y se opuso a la invasión de Irak en 2003.

 

Le sobreviven una hija, un hijo, una nuera y dos nietos, informó el Tribune-Review, y añadió que se realizará un funeral privado.