Después de que el jueves pasado se desplomara un viaducto recién construido y dejara dos muertos, la ciudad de Belo Horizonte se prepara para recibir el juego de semifinal entre Brasil y Alemania.

 

Las autoridades han cerrado algunos accesos a la ciudad, lo que ha generado importantes embotellamientos.

 

La expectación invade la sede, que este martes, recibe su séptimo juego de Copa del Mundo.

 

Los vecinos de la  capital del Estado de Minas Gerais, la sexta más poblada del país, aguardan con expectación este penúltimo paso antes de situar a su selección donde querían.

 

Los problemas de tráfico se incrementaron conforme se acercaba el día del partido y son mucho mayores que los vistos durante los encuentros anteriores.

 

El desplome del viaducto de cemento en una autovía, en las cercanías de Cidade Do Galo, donde se aloja la selección de Argentina, ha provocado cierto caos en las vías de acceso al estadio.

 

La verdeamarela jugó su partido de octavos de final contra Chile en esta ciudad; con el partido entre Brasil y Alemania, el estadio Mineirao se despide de la Copa del Mundo.