WASHINGTON. Abordando lo que ha llamado una “crisis humanitaria“, el presidente estadunidense Barack Obama le pidió el martes al Congreso 3,700 millones de dólares para confrontar una ola de menores de Centroamérica que están cruzando ilegalmente la frontera desde México hacia Estados Unidos, abrumando los recursos de inmigración y causando una tormenta política en Washington.

 

La Casa Blanca dijo que el dinero va a ser usado para incrementar la detención, el cuidado y el transporte de niños no acompañados, ayudará a acelerar la deportación de adultos con niños al aumentar la capacidad de las cortes de inmigración y fortalecerá el combate a redes de contrabando de inmigrantes. Los fondos incrementarían además las operaciones de vigilancia en la frontera sur estadounidense y ayudarían a los países centroamericanos a repatriar a los migrantes.

 

El pedido de dinero no incluye propuestas para cambios legislativos que la Casa Blanca desea. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron el martes que aún planean trabajar con el Congreso para incrementar la autoridad del gobierno para deportar a menores que crucen la frontera ilegalmente.

 

Los funcionarios dicen que siguen estudiando la manera de acelerar el proceso, pero agregan que el pedido de cambios legislativos específicos avanzará separadamente de los gastos de emergencia que Obama le envió al Congreso el martes.

 

Obama planea discutir la crisis con líderes religiosos y locales durante una visita política de recaudación de fondos a Texas el miércoles, pero se ha resistido a llamados a visitar la frontera. La Casa Blanca invitó al gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, a reunirse con el presidente en Dallas el miércoles. Perry está entre quienes han llamado a Obama a visitar la frontera.

 

EL titular del comité de asignaciones de la Cámara de Representantes, el republicano Hal Rogers, dijo que la situación en la frontera es “extremamente calamitosa”.

 

“Está claro que se necesitarán fondos adicionales para asegurar la atención adecuada a esos niños no acompañados, para hacer cumplir la ley y proteger más la frontera para que esos problemas puedan ser mitigados a corto plazo”, dijo en una declaración. “Nuestro comité se centrará en proveer lo que es necesario para ello”.

 

Cuando los legisladores regresan a Washington esta semana luego de una semana de receso, se espera que el pedido de Obama sea el foco central, con una audiencia en el comité de Asignaciones del senado.

 

Los acontecimientos se producen en momentos en que el presidente ha declarado que la propuesta de reforma de inmigración ha quedado muerta en el Congreso y anunció planes para proceder por su cuenta por medio de acción ejecutiva para hacer los cambios que pueda al disfuncional sistema de inmigración del país. Eso colocaría a Obama en una posición aparentemente contradictoria de proteger a millones de personas de deportación al tiempo que acelera las deportaciones de niños no acompañados.