CIUDAD DEL VATICANO. El empresario francés Jean-Baptiste de Franssu fue nombrado presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, según informó hoy la Santa Sede.
De Franssu dirigirá desde hoy el Consejo de Superintendencia del IOR en sustitución del abogado alemán Ernest von Freyberg, nombrado por Benedicto XVI en febrero de 2013, y que deja hoy dicho cargo.
Este cambio en la dirección del IOR, envuelto en los últimos años en una serie de escándalos financieros, se enmarca en la segunda fase de su reforma, impulsada por el papa Francisco para dotarla de una mayor transparencia.
En sus primeras declaraciones a la prensa, De Franssu, dijo que es un “honor” el nombramiento y que desea comenzar a trabajar en el IOR para “dotar de más transparencia” a la entidad, que debe ser “un proveedor de servicios para la Iglesia“.
El nuevo responsable del Banco Vaticano era presidente de Incipit, una firma de asesoría y consultoría; hasta octubre de 2011 fue director ejecutivo de Invesco Europe y anteriormente había sido director del Groupe Caisse des Dépôts et Consignations de Francia.
De Franssu se dedicará a su nueva tarea “a tiempo completo”, informó la Santa Sede, que comunicó que formarán parte del consejo del IOR otros laicos, entre ellos el alemán Clemens Boersig, la estadounidense Mary Ann Glendon y el británico Michael Hintze.
Según la Santa Sede, el IOR está actualmente en una “fase de transición tranquila” y con la dirección de Von Freyberg ha atravesado una primera etapa que ya se ha completado con un “excelente” progreso, que ha resultado en una mayor “transparencia”.
El cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de Economía, declaró en un comunicado que “existen muchos desafíos y trabajo por delante” y aseguró que el papa Bergoglio “ha dejado claro que los cambios deben hacerse de manera diligente”.
Además del cambio al frente del IOR, la Santa Sede anunció reformas que afectan al Fondo de Pensiones del Vaticano, a la organización de su servicio de prensa y medios de comunicación y a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
La culminación de la primera fase de reforma del IOR fue anunciada ayer mediante la publicación del balance de sus cuentas de 2013 y de un “análisis sistemático de todos los registros de clientes para identificar la información perdida o insuficiente”.
De este análisis se desprende que la Santa Sede ha llevado a cabo una labor de individualización las cuentas que el IOR albergaba y que no pertenecían al ámbito clerical sino que eran propiedad de clientes y sociedades privadas.
De este modo, a tenor del informe publicado por el Vaticano, los gestores han bloqueado 1.329 cuentas individuales y otras 762 de clientes institucionales.
La reforma del Banco Vaticano es una de las prioridades en el papado de Bergoglio.