Sin duda alguna el vino italiano no ha tenido en nuestro país toda la presencia, ni el nivel de consumo que sus maravillosas regiones y bodegas merecen, no perdiendo tampoco de vista la increíble experiencia que resulta apreciar sus diversas cepas autóctonas.
Eso sin embargo no debilita la posibilidad de que en México lleguen algunas de las más notables expresiones de la vitivinicultura italiana y que, además de ello, sean la base de consolidación de lo que será la cava más grande de los vinos de esa nación en América.
Esta nueva etapa no solo manifiesta una redefinición del restaurante en términos de espacio y distribución, sino ante todo en la propuesta de su propietario, Rolly Pavia, por consolidar una plataforma de promoción y difusión de los vinos de Italia en muy altos niveles.
Los muros del área que albergará la nueva cava estarán literalmente recubiertos con botellas procedentes de algunas de las zonas más ilustres de la Península. Asimismo se contará con una funcional tienda adyacente al restaurante en la cual podrán adquirirse los productos con el soporte de elegantes y prácticos empaques.
Hace 20 años, Angello Pavia inició la historia del Grupo Becco con el establecimiento de Beccofino, en Ixtapa-Zihuatanejo, lugar que continúa siendo emblemático en la crónica gastronómica de la Bahía con sus finas expresiones de la cocina italiana.
Siempre la historia del grupo ha evolucionado en términos constantes y originales a partir del trabajo de Rolly, quien desde 2002 puso en marcha L’Osteria del Becco, vuelta de tuerca a una ingeniería del placer a la ítala, donde la fabulosa parafernalia de los grandes nombres del vino
“El trabajo de mi padre ha sido estratégico en lo que ha sido la evolución del concepto. Mi labor desde luego se centra en L’Osteria del Becco, punto medular de nuestra visión gastronómica, pero también en Becco al Mare, en Acapulco, donde hemos tenido un enorme éxito, y por supuesto en la Cantinetta del Becco, en Santa Fe, que desde un inicio ha tenido una gran aceptación y es un referente en la zona.
“Hemos querido brindar en todo momento una gratísima experiencia en torno a la cocina italiana y para ello no hubieran bastando las técnicas, la calidad de los ingredientes y el servicio, si no estuviera presente la ineludible participación del vino.
Es por eso que nos hemos ocupado en hacer los enlaces necesarios con los principales importadores, además de trabajar también los vinos que nos interesan y que son un referente para nuestros comensales. Aquí nada va por su cuenta: comida y vino van de la mano al momento de disfrutar a la mesa.
“No es una tarea fácil, ni estamos considerando vinos de bajo precio. Sin embargo tenemos que impulsar día a día nuestra propuesta; a lo mejor no puedo tener los mismos vinos en todos los establecimientos; pero lo que sí podemos es lograr la opción de que haya la disponibilidad para desplazarlos de una a otra plaza, según la demanda. Lo fundamental es que los
Los tiempos no son fáciles, agrega el restaurantero, y situaciones como las obras en Masaryk impactan terriblemente en el aspecto económico. Sin embargo no se puede pensar en bajar los brazos, en cerrar, ante la bajísima asistencia de clientes a los distintos comercios.
Septiembre apunta al lanzamiento espectacular de este nuevo concepto que confirma que tan bien, de todos los modos posibles, hay que mirar hacia delante.