BERLÍN. La “Milla del Aficionado” de Berlín, de 1.2 kilómetros de largo y con diez pantallas gigantes repartidas en ese recorrido, cerró los accesos a dos horas del inicio de la final del Mundial entre Alemania y Argentina por saturación de público.
Sobre las 17:00 GMT se habían concentrado ya en el recinto unos 250, 000 aficionados y superado en unos 50, 000 la capacidad prevista para el recinto, indicaron fuentes de la organización.
Los fuertes aguaceros caídos sobre el mediodía y, luego, de nuevo en la tarde no intimidaron a la multitud que se concentró en ese lugar, el mayor espacio público de Alemania para las transmisiones durante de los partidos desde Brasil.
Tras 120 minutos de un duelo entre grandes selecciones, los teutones lograron coronarse como el equipo campeón del mundo y sus aficionados nacionales no contuvieron la emoción de festejar este logro.
Se trató del mismo recinto utilizado para este fin en el Mundial 2006, entonces con Alemania de anfitrión, en el tramo de la Avenida 17 de Junio de la capital alemana que va de la emblemática Puerta de Brandeburgo y la Columna de la Victoria.
También estuvieron presentes sus equivalentes para la albiceleste, aunque por supuesto los tonos omnipresentes entre la multitud fueron casi en su totalidad alemanes.
El recorrido quedó vallado y controlado por personal de seguridad, quienes registraron bolsos grandes o pequeños de cualquiera que quiera acceder a su interior, puesto que no había acceso ni con botellas de vidrio ni objetos peligrosos.
Quedó prohibido el ingreso con bebidas alcohólicas o comida envasada, aunque en el interior era posible comprar y tomar toda la cerveza que el cuerpo admitía.