WASHINGTON. El gobierno de Estados Unidos está considerando la posibilidad de instalar en Maryland un nuevo albergue temporal para los menores inmigrantes que viajan solos y ampliar su respuesta frente a esta situación de carácter humanitario.
Funcionarios de la ciudad de Westminster en el condado de Carroll, en la frontera de Maryland con Pensilvania, al norte de esta capital, dieron a conocer que fueron contactados por funcionarios del gobierno que están explorando esta opción.
El alcalde de la ciudad, Kevin Utz, dijo que el sitio bajo consideración es el edificio que albergó barracas para reservistas del ejército de Estados Unidos y el cual ha permanecido vacío durante dos décadas.
“Entiendo que ellos están considerando el sitio y van a visitarlo para ver si es posible que puedan acomodar” a los menores”, dijo Utz al canal de televisión local WJZ de la cadena CBS, indicando que ya fue notificado por el gobierno sobre esta posibilidad.
El congresista republicano Andy Harris, cuyo distrito comprende ese condado, anunció que buscará impedir la apertura de ese albergue, insistiendo que esas instalaciones no fueron construidas con ese propósito, además de los riesgos asociados.
Días atrás el Departamento de Seguridad Interna (DHS) anunció la apertura de un albergue para inmigrantes adultos con niños provenientes de Centroamérica en la comunidad de Artesia, Nuevo México, en adición a otros que abrió para menores en tres bases militares en Texas, California y Oklahoma.
La semana pasada el presidente Barack Obama presentó una solicitud al Congreso de un presupuesto suplementario de emergencia por tres mil 700 millones de dólares, de los cuales mil 800 millones se destinarán al cuidado de estos inmigrantes y a la apertura y operación de estos albergues.
El gobierno ha enfrentado resistencia para enviar a estos menores y adultos a centros de procesamiento y albergues fuera de Texas, punto focal de esta crisis que ha polarizado nuevamente el debate sobre la reforma migratoria.
Dos semanas atrás decenas de personas en la comunidad de Murrieta, California, bloquearon el paso a varios autobuses del gobierno que llevaban a inmigrantes menores y adultos a un centro de procesamiento en esa localidad.
Esta situación obligó a las autoridades a modificar esta contingencia.