Manifestantes pro palestinos trataron de ingresar a la fuerza el domingo a una sinagoga en Paris con bates y sillas, y luego pelearon con fuerzas de seguridad que les bloquearon el paso, según la policía y testigos.

 

La violencia reciente en Gaza ha agitado las emociones en Francia, donde viven las mayores comunidades musulmanas y judías de Europa Occidental.

 

La agitación del domingo por parte de pocas decenas de alborotadores ocurrió al final de una manifestación bastante numerosa en la capital francesa para exigir que terminen los ataques israelíes contra Gaza y en que acusaron a líderes occidentales de no hacer lo necesario para detener la matanza.

 

El primer ministro Manuel Valls dijo que dos sinagogas de París fueron blanco de violencia no especificada, que calificó de “inadmisible”. En un comunicado señaló: “Francia nunca tolerará el uso de palabras o actos violentos para importar a nuestro suelo el conflicto israelí-palestino”.

 

Una vocera de la policía dijo que la sinagoga Don Isaac Abravanel en el este de París fue blanco durante un servicio religioso y que los creyentes quedaron atrapados adentro mientras la policía hacia retroceder a los manifestantes violentos. La portavoz agregó que todos los devotos salieron a salvo el domingo por la tarde.

 

Aline Le Bail-Kremer observó desarrollarse el incidente desde la ventana de su casa al otro lado de la calle. Dijo que los manifestantes llegaron de dos direcciones y se juntaron en la sinagoga, tomando de aceras sillas de cafeterías y empuñando bates mientras intentaban pasar entre guardias de seguridad.

 

En el interior de la sinagoga había aproximadamente 150 personas en una ceremonia por tres adolescentes muertos recientemente, dijo Le Bail-Kremer, un representante del grupo encontra del racismo SOS Racisme.

 

En la manifestación del domingo, que fue mayormente pacífica, participaron cerca de 10.000 personas.

 

A pesar de una lluvia esporádica, los manifestantes abarrotaron avenidas de París, incluidas mujeres jóvenes con pañoletas cubriéndoles la cabeza. Algunos marcharon con una enorme bandera palestina verde, blanca y negra, mientras que otros portaban carteles que decían “Israel, dejen de matar niños”.