Diez jefes de Estado y de Gobierno acuden hoy a la final del Mundial, entre Alemania y Argentina, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, al lado de una nutrida delegación de deportistas, artistas y modelos.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, encargada de entregar el trofeo al campeón, está acompañada en el palco de honor de mandatarios de Alemania, Sudáfrica, Rusia, Antigua y Barbuda, Gabón, Hungría, Namibia y Trinidad y Tobago, según confirmó hoy la FIFA.
Alemania cuenta con una delegación al más alto nivel encabezada por la canciller, Angela Merkel, y el presidente, Joachim Gauck, que viajaron a Río acompañados de una delegación de políticos de todo el espectro parlamentario para ver a la selección de Joachim Löw luchando por el título.
Argentina, el otro finalista, sin ningún alto cargo del Gobierno en Río, está representada por su embajador en Brasil, Luis María Kreckler, por el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, y el presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein.
Entre los dignatarios extranjeros, el presidente ruso, Vladímir Putin, y el sudafricano, Jacob Zuma, viajaron a Brasil para participar el próximo martes en Fortaleza de la cuarta cumbre de los BRICS, foro que ambos países integran junto a Brasil, India y China.
También están presentes en el palco de honor el presidente gabonés, Ali Bongo Ondimba, y los primeros ministros de Hungría, Victor Orbán; Antigua y Barbuda, Gaston Browne; Namibia, Hage Geingob; y Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar.
Antes de la final, Rousseff ofreció un almuerzo oficial a los jefes de Estado asistentes a la final en el palacio Guanabara, sede del Gobierno regional de Río de Janeiro.
Del mundo del deporte, también acudió el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, quien previsiblemente volverá al Maracaná el 5 de agosto de 2016 para la ceremonia inaugural de los próximos Juegos Olímpicos.