RÍO DE JANEIRO. Un día después de  que Alemania se coronara en la final del Mundial, el presidente de FIFA, Jospeh Blatter, hizo un balance del torneo que según el suizo es merecedor  de “9.25 sobre 10 y mejor que el de Sudáfrica”, aunque no especificó los parámetros en los cuales se basó para emitir su calificación.

 

Brasil 2014 fue el décimo Mundial de Blatter como presidente de FIFA. Pese a que existe una enorme presión para que deje el cargo,  en especial por parte de la UEFA, encabezada por Michel Platini, se postulará para un periodo más al frente del organismo.

 

Blatter restó importancia a los pequeños escándalos que rodearon y se destaparon durante el torneo, como la reventa de boletos, las acusaciones de sobornos para elegir a Qatar como sede mundialista y las protestas y rechiflas  dentro y fuera de los estadios de Brasil.

 

“He recibido todo tipo de reacciones. Es algo normal. No hay que debatirlo, cuando alguien habla de algo que no funcionó bien con las entradas hay que demostrarlo, de  la misma manera que hablar de corrupción tiene que presentar pruebas”.

 

El presidente de la FIFA ya mira al futuro, espera que Rusia 2018,  con 12 sedes no tenga contratiempos ni se complique la logística como sucedió en Corea y Japón o en Sudáfrica donde no se utilizan tres estadios que fueron construidos para el Mundial.

 

“Tenemos reuniones previstas para ver si doce sedes en Rusia es la cifra correcta o debemos considerar otra. Lo que queremos es que los estadios después del Mundial tengan utilidad, no como en Sudáfrica que tres de ellos no se usan. Cuando uno ve lo que ha sucedido aquí, o en Japón y Corea, la Copa del Mundo cuenta con sus detalles específicos que deben resolverse”.