Para que haya desarrollo en todo el territorio nacional, debe haber una planeación cruzada en las políticas implementadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto para hacer más eficaces las estrategias del México Próspero y México Incluyente elaborabas en el Plan Nacional de Desarrollo.

 

Lo anterior lo dijo Francesco Vincenti, coordinador internacional del Laboratorio de Cohesión Social México-Unión Europea, quien afirma que México debe planear mejor el desarrollo del país mediante estrategias que favorezcan tanto a la economía como a toda la población y que tomen en cuenta las necesidades de todas las regiones.

 

“Las políticas se deben hacer dependiendo del territorio. El territorio tiene vocaciones, cultura ancestral, tiene oferta ideológica, oferta ecoturística impresionante, pero si hacemos políticas sin considerar el territorio, no funcionan. No se puede hacer lo mismo en todos lados. El norte es una cosa, el centro es otra y el sur y sureste es otra. Las políticas no pueden hacerse sin considerar el territorio ni preguntándoles lo que quieren”, expuso.

 

El Plan Nacional de Desarrollo elaborado por el gobierno federal, señaló Vincenti, no toma en cuenta el territorio nacional en su conjunto ni incentiva el desarrollo regional de manera equitativa, por lo que considera necesario involucrar todas las dependencias, entidades y el sector privado para que esta política realmente tenga un impacto y beneficie a todos.

 

“No hay una verdadera estrategia. Hace 20 años, México dejó de planificar”, lamentó.

 

Agregó que el desarrollo no tiene un efecto instantáneo. E un proceso que toma tiempo, muchos años, por lo que se necesita una planeación y un presupuesto multianual que permita construir capacidades y programas a largo plazo.

 

 

Trabajo en equipo

 

Vincenti criticó que el gobierno federal se ha enfocado principalmente en un plan de desarrollo económico que ha favorecido el norte y centro del país y dejado de lado el sur y sureste mexicano donde existen importantes recursos.

 

“Hay que hacer políticas de acuerdo al suelo y a la realidad de las regiones”, explicó.

 

“No puede haber crecimiento económico con desigualdad, con exclusión social, sin derechos fundamentales. Se necesita enriquecer los instrumentos. Es ahí donde hay que trabajar para ver cómo ampliamos la gama de instrumentos. Con Sedatu, con Sedesol hemos tenido acercamientos y pláticas para el desarrollo regional y la cohesión social”, comentó.

 

Asimismo, las conversaciones que el Laboratorio ha tenido con las Secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y de Desarrollo Social (Sedesol) permitieron explicar la importancia de trabajar todos juntos para que las políticas beneficien a todos.

 

Por esta razón, Vincenti recomienda que las diferentes dependencias tanto federales como estatales, las universidades, los organismos no gubernamentales, el sector privado y la población trabajen juntos para que encuentren políticas que beneficien tanto a la economía como a la población y ayuden a combatir la desigualdad.

 

“En el Plan de Desarrollo, estamos hablando que hay un México Próspero y un México Incluyente. Son estrategias. Pareciera una economía para quien está en la formalidad y la otra para quien no está en la formalidad y hay que incluirlo. Pero estas estrategias no se hablan. No hay planes cruzados.

 

“Tenemos que hacer una fertilización cruzada. Si quiero un México Próspero, necesito un mercado de consumo y de gente que requiere productos, que paga impuestos. Y el México Incluyente necesita herramientas, estrategias, instrumentos”, expuso.

 

Felicidad, el motor

 

La crisis en Europa, donde había un plan de estado de bienestar que provocó el endeudamiento de los países y luego el colapso de sus sistemas financieros, ha mostrado que el modelo no funcionó como se había imaginado en un principio.

 

Vincenti aseguró que la respuesta para encontrar una solución a dicha crisis tomará tiempo. Mientras tanto, en América Latina, señaló, la lucha para el cambio, para la transformación, la capacidad de soñar o de ser felices y los índices de felicidad son valores que existen independientemente de las condiciones económicas.

 

“Es una energía que puede ser un motor del proceso de transformación. Yo, manejado por la felicidad, no voy a querer guerra, quiero empatía, solidaridad, quiero que convivamos, queremos estar felices. Cuando cantamos Cielo Lindo, nos sentimos unidos. Entonces, ¿cómo transformamos este valor en un hecho?”, cuestionó.

 

 

Debate en el Club de Banqueros

 

Francesco Vincenti, coordinador internacional del Laboratorio de Cohesión Social México-Unión Europea organiza esta semana -en el Club de Banqueros en la Ciudad de México- la Reunión Intermedia Anual de la Red Latinoamericana de Políticas Públicas de Desarrollo Regional, en la que participarán representantes de países latinoamericanos y europeos, así como de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros.

 

El objetivo de ese evento es tener un debate y mesas de diálogo para iniciar un proceso para que se capitalice esta reflexión sobre el desarrollo regional y cohesión social en México, en el momento en que el país está en plena transformación, dijo Vincenti.

 

“El propósito es apoyar nuevas líneas de pensamientos en pro de políticas públicas de cohesión social y territorial; así como reflexionar sobre la sistematización de buenas prácticas y estrategias para la sostenibilidad de la iniciativa”, indicó.