El Papa Francisco llamó a la comunidad internacional a cambiar la perspectiva sobre la migración, de la cultura del descarte, a la cultura del encuentro, porque esa es la única vía capaz de construir un mundo más justo y fraterno.
En un mensaje fechado en El Vaticano, que leyó en la ciudad de México el nuncio apostólico Khristophe Pierre, el jefe del Estado Vaticano aseguró que la emergencia de los niños migrantes no acompañados entre Centroamérica, México y Estados Unidos, reclama la atención de la comunidad internacional.
El texto enviado en ocasión del Coloquio México-Santa Sede sobre Migración y Desarrollo, considera necesario encontrar nuevas formas de migración legal y segura.
Lo anterior, debido a que miles de niños “cruzan la frontera con Estados Unidos en condiciones extremas persiguiendo una esperanza que la mayor parte de las veces resulta vana”.
La migración, añadió, suele verse como una emergencia o un hecho esporádico, pero es un hecho característico de las sociedades y plantea múltiples retos para los migrantes, quienes a menudo mueren trágicamente y muchos se ven separados de sus familias y siguen sometidos a racismo y xenofobia.
Es necesario llamar la atención sobre las decenas de miles de niños que migran solos para escapar de la pobreza y la violencia. Esta es una categoría de migrantes que cruzan hacia Estados Unidos desde Centroamérica y México, a menudo con expectativas que no se cumplen.
Se trata, destacó, de un grupo cada día más numeroso, de una emergencia humanitaria que reclama, como primera medida urgente, proteger y acoger debidamente a esos menores.
En el documento, el Papa Francisco advierte que esas medidas nunca serán suficientes si no se acompañan con campañas de información sobre los peligros del viaje y sobre todo con políticas de promoción al desarrollo en los países de origen, para reducir la pobreza que genera estos flujos migratorios.
“Es necesario que todos cambiemos la perspectiva hacia ellos (los migrantes y refugiados). Que pasemos de perspectiva defensiva, de miedo, desinterés y marginación -que en el fondo se corresponden con la cultura del descarte- a una cultura del encuentro, única, capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor”, reiteró.
Comments are closed.