WASHINGTON. La Casa Blanca confió en que la llegada el lunes a Honduras, Guatemala y El Salvador de dos vuelos con 120 inmigrantes que habían cruzado sin documentos la frontera a EU envíe una “clara señal” a potenciales migrantes de que este país “no los recibirá con los brazos abiertos”.

 
La deportación del primer grupo de inmigrantes centroamericanos que cruzaron recientemente la frontera sur, en un vuelo operado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) es “un reflejo del compromiso de la Administración” de Barack Obama de “priorizar” la repatriación de las familias que han entrado al país hace poco.

 

 

La deportación fue posible gracias a un capítulo de la Ley de Migración que autoriza la repatriación de los menores que se encuentren acompañados de unos de los padres u otros familiares. Aquellos que llegaron solos son enviados a centros de refugiados a la espera de un proceso de deportación que puede tardar años.

 

 

El envío de dos aviones tendría que ser un ejemplo para desincentivar a menores de edad y a sus respectivos familiares a que crucen la frontera, así lo dio a conocer en su conferencia de prensa diaria el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest.

 

 

“Esto debería enviar una señal clara a los individuos que están planteándose hacer el peligroso viaje de Centroamérica a Estados Unidos o poner a sus hijos en manos de un criminal para que lo hagan de que, si los detienen en la frontera, tendrán derecho a un debido proceso, pero no serán bienvenidos en este país con los brazos abiertos”, aseguró Earnest.

 

El vocero recordó que el avión estaba lleno de “unidades familiares”, es decir, “individuos que habían tratado de entrar en el país sin documentos y viajaban junto a un menor”, pero no aclaró si en un futuro podrían enviarse vuelos únicamente con menores.

 

Fuentes del Departamento de Seguridad Nacional afirmaron este lunes a la Agencia EFE que el primer vuelo representa “la fase inicial del proceso de deportaciones” de los indocumentados que han ingresado en los últimos meses procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador; e indicaron que habrá más repatriaciones en las próximas semanas.

 

En total, EU ha deportado a unos 87 mil centroamericanos entre septiembre de 2013 y este mes, según la Casa Blanca, pero el vuelo del lunes marca el inicio de una oleada de repatriaciones aceleradas de las familias que han llegado en los últimos meses y que han generado una crisis humanitaria en la frontera.

 

La deportación de los 120 menores fue llevado a cabo en dos vuelos desde el estado de Nuevo México. Uno viajó a El Salvador y Honduras, y otro directamente a Guatemala. Las deportaciones fueron confirmadas por el vocero en Centroamérica del Programa de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Héctor Espinal.

 

En Honduras, los menores y sus familiares fueron recibidos en el aeropuerto de la ciudad de San Pedro Sula por la primera dama, Ana García de Hernández, quien dijo que la recepción de sus compatriotas es “la mayor operación de repatriación que se ha hecho en el país”. La mayoría de los menores (el más joven tiene tan solo 18 meses) fueron enviados directamente a sus lugares de residencia, mientras los que no tienen a donde ir, fueron alojados en albergues del Instituto Nacional del Café.

 

Obama y republicanos, reprobados en política migratoria

 

WASHINGTON. El 58% de los estadunidenses desaprueba la gestión del presidente Barack Obama en la reciente crisis migratoria en la frontera sur y un 66% rechaza el papel que están desempeñando al respecto los republicanos, según una encuesta organizada por ABC News.

 

Solo un tercio de los estadunidenses se muestra a favor de la manera en la que la Casa Blanca está respondiendo a la crisis humanitaria desencadenada por la llegada de millares de familias, en su mayoría centroamericanas, y de menores sin compañía de adultos.

 

En el caso de los republicanos, que por lo general han pedido más seguridad en la frontera y acelerar el proceso de deportaciones, la aprobación es de un 23%, según los datos del  sondeo.

 

Por contra, el 53% de los estadunidenses está a favor del plan de Obama de requerir al Congreso 3,700 millones de dólares suplementarios para atender de manera inmediata a los menores indocumentados que llegan sin compañía, principalmente desde Centroamérica, y acelerar los procesos de deportación.

 

No obstante, la inclinación política de los encuestados pesa claramente en su opinión sobre este plan, que más que reforzar la frontera pide fondos para atender adecuadamente la situación.

 

Entre los votantes demócratas, el 66% apoya el plan; entre los independientes, el 51%, mientras que entre los republicanos, solo el 35% se muestra favorable.

 

El 40% de los estadunidenses desaprueba tanto a Obama como a los republicanos en el Congreso por la manera en la que afrontan los asuntos migratorios, lo que ha hecho imposible un acuerdo entre la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes sobre una reforma migratoria integral.

 

Debido a la inminencia de las elecciones legislativas de noviembre, el proyecto de ley de reforma aprobado en el Senado, que aumentaría la seguridad en la frontera y daría una vía hacia la regularización para 11 millones de indocumentados, ha quedado estancado en la Cámara baja.

 

La opinión entre los votantes hispanos de Estados Unidos no difiere mucho de la del resto de estadounidenses, con un 54% en contra de la manera en que Obama afronta los temas migratorios y con el 68% opuesto a la gestión republicana en este asunto.

 

El 54% de los latinos aprueba la ley de emergencia para dotar con fondos a las agencias que están respondiendo a la crisis de los menores indocumentados.