“La elaboración de 15 Cosechas no solo representa un vino de celebración, una fecha representativa en la historia de nuestra bodega. Es ante todo un alto en el camino, una reflexión sobre lo que hemos hecho, la manera en que ha avanzado este proyecto surgido en 1997. Es también una forma de crear a partir de nuestra historia, de lo que han sido nuestros andares, nuestras intuiciones, el diálogo con la comunidad y la relación estrecha y continua con la tierra. Tomamos un poco de aquí y de allá; imaginamos, sugerimos, imaginamos, razonamos. Al hacer 15 Cosechas hacemos indudablemente un recuento de nuestros logros y nuestras búsquedas”, dice Hugo D’Acosta, creador y artífice de Casa de Piedra, la bodega origen y epicentro de honestas y afamadas expresiones del vino bajacaliforniano: Vino de Piedra, Piedra de Sol, Espuma de Piedra.
Figura estratégica de la vitivinicultura mexicana: artesano, estratega, creador de líneas y giros en el devenir peninsular; matemático de fórmulas y ecuaciones que se extienden a ultramar y traen barricas de vuelta para beneplácito de una industria en búsqueda constante, D’Acosta protagonizó recientemente la presentación del 15 Cosechas, un vino en torno al cual gira toda una reflexión sobre década y media de historia personal y colectiva; un vino de deliberados y asumidos acentos propios, con el sello de las tierras del Valle y la rúbrica de D’Acosta: sin concesiones, con palabras bonitas y elegantes, pero siempre propias de un hombre de campo, del terruño.
Proporción ligeramente predominante de la Tempranillo sobre la Cabernet Sauvignon; uvas procedentes de los Valles de Guadalupe y San Vicente; Cosecha de 2011 y añejamiento en barricas de roble americano y francés. Y mucho, mucho más: una vuelta de tuerca en una filosofía del vino propia, abierta a la discusión; en una dialéctica donde la tierra le sale respondona a un enólogo que se apasiona con los retos, las provocaciones, las insinuaciones pasionales del lugar.
“Este año ha sido de sequías en el Valle, hemos comenzado a cosechar mucho antes de lo esperado. Con la tierra no hay reglas, ni predicciones; cada año es diferente y no podemos definir lo que va a suceder. Casa de Piedra surgió como un proyecto de inspiración familiar. La idea principal, el motor de todo esto, ha sido y es obtener vinos a escala humana que representen fielmente ‘el origen’ de donde provienen.
“Nuestro quehacer se basa en resaltar los elementos que conforman el sitio donde se cultivan nuestras uvas. Desde que iniciamos esta singular aventura, por los molinos de la casa han pasado 17 vendimias de las cuales hemos liberado hasta el momento 15 cosechas que tratan de reflejar una sensibilidad enológica supeditada al contexto, manteniendo siempre una escala que nos permita cuidar cada botella y así, imprimirle en lo posible, la personalidad del terruño.
De tal modo, 15 Cosechas es un alto en el camino, una pequeña reflexión embotellada. Con este vino ofrecemos nuestro trabajo a la madre naturaleza y a todos aquellos que han creído en este proyecto”, expresa D’Acosta.
Como el mismo enólogo apunta, 15 Cosechas brinda “una gran concentración frutal, muy bien correspondida en la boca, su personalidad apunta a un vino elegante pero persistente. Sus elementos aromáticos tienen una secuencia muy ordenada: violeta, frutas rojas, adornos de roble y discretos tonos florales. Su boca es amplia, franca y muy agradable, taninos claros pero respetuosos del vino en su conjunto. Sus sabores proponen una espiral fruta-roble-flores-fruta”.
Vino de celebración y también de jubileo, si bien no hay pecado que redimir, porque no lo es esa entrega gozosa a la creatividad, al desafío total en un oficio que se apropia y se hace propio de una tierra, pero a la vez se libera de ella para escribir y trazar en el paisaje una enología sin nacionalidades, sin mayor territorialidad como no sea la que confiese y asuma el propio autor, instalado, como suele decir, en la troposfera, la zona de la creatividad donde no hay límites, ni los habrá.