México necesita una mayor coordinación entre los diferentes niveles de gobierno para impulsar el desarrollo regional, se debe de apoyar mejor a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y se requiere de una mayor contribución de los bancos de desarrollo para los proyectos territoriales.

 

Éstas son parte de las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobres las políticas sociales impulsadas por el gobierno mexicano a fin de apoyar el desarrollo regional del país.

 

En la presentación de los resultados preliminares del Diagnóstico de Desarrollo Regional sobre México, la OCDE señaló la necesidad de tener presupuestos multianuales para que se pueda planear mejor las políticas de desarrollo social y económico en todos los estados del país.

 

“La continuidad en la aplicación de las políticas es un desafío importante para las políticas regionales, así como para las políticas estructurales en México. La mayor asignación presupuestal se hace sobre una base de un año, creando incertidumbre para los proyectos más grandes y las políticas estructurales”, explica el documento.

 

En ese sentido, se requiere una modificación del marco jurídico para hacer un presupuesto multianual con el objetivo de realizar una planeación a largo plazo.

 

Por otro lado, si bien considera que el Plan Nacional de Desarrollo lanzado por el gobierno de Enrique Peña Nieto va en la dirección correcta en el sentido de reducir la exclusión social y la desigualdad, la OCDE comenta que México debe invertir más recursos en el combate a la pobreza, en el crecimiento de la productividad y en políticas de desarrollo urbano y territorial.

 

También señala que para invertir más, la base impositiva en México debe ser ampliada, además de crear certidumbre en los recursos públicos, independientemente de los ingresos petroleros, pues junto con las decisiones macroeconómicas, debe haber un mejor manejo entre las responsabilidades en el gasto y la recolección de impuestos a nivel estatal y municipal.

 

No obstante, además de aumentar los niveles de recaudación en el país, la OCDE indica que los estados y municipios tienen que reforzar sus capacidades institucionales y técnicas, así como mejorar sus sistemas de información.

 

El documento presenta en total 43 recomendaciones y comentarios divididos en cinco rubros como los mecanismos de gobernanza, el financiamiento del desarrollo regional, la mitigación social, los desafíos de la productividad y las políticas regionales y territoriales.

 

La OCDE menciona que es esencial que se desarrolle un nuevo esquema de política social y que la coordinación entre las diferentes secretarias se haga de manera horizontal.

 

Por otro lado, la cooperación entre los gobiernos federal y estatales tiene que hacerse de manera vertical, especialmente en cuanto a las políticas sectoriales como la educación, la salud que son diseñadas por la federación, pero implementadas por los estados.

 

“Fondos más pequeños, como los fondos regionales y metropolitanos, junto con los fideicomisos regionales, pueden ser utilizados para incrementar la calidad de la planeación de proyectos y el gasto de recursos” para el desarrollo, explica.

 

Los bancos de desarrollo pueden también contribuir más a los proyectos y políticas de desarrollo regional, siguiendo el esquema usado en otros países, donde estas instituciones financian programas territoriales que permiten impulsar la economía local, así como apoyar al sector privado y a la inversión pública.

 

El programa Oportunidades también necesita ser modificado, pue si bien ha sido reconocido internacionalmente y ha sido efectivo en incrementar los resultados en educación y salud, su peso ha sido relativamente menor en cuanto su impacto social en México.

 

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Combate a la desigualdad

 

La OCDE afirma que el combate a las disparidades regionales es un tema clave para una mayor equidad y eficiencia, por lo que el desarrollo local y regional debe ser considerado como una política nacional donde el compromiso federal y estatal será crucial.

 

Entre las recomendaciones enfrentar esta problemática, está el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes) del sur y sureste del país, ya que si bien hay incentivos, no ha sido suficiente para combatir la desigualdad en esa región.

 

Las políticas de apoyo a las pymes han beneficiado principalmente a los estados del centro y norte del país, por lo que es necesario implementarlas para la región sur y sureste.

 

El desarrollo del sur y sureste, dice la OCDE, sigue siendo el principal desafío de México y para impulsar esa región, el organismo propone al gobierno incentivar proyectos que aprovechen los importantes recursos naturales que existen ahí, como el agua y las energías limpias.

 

Finalmente, el tema del transporte debe considerarse a nivel local para ayudar el desarrollo de las comunidades marginadas.