Hace 15 años Pepe Mogt y Ramón Amezcua irrumpieron en la escena con una propuesta musical que incomodó a los amantes de la electrónica, por mezclarla con instrumentos regionales del norte de México como el acordeón, las tubas y las redovas. También conocidos como Fussible y Bostich, estos dos músicos oriundos de Tijuana se encargaron de darle una nueva identidad a esta zona del país por medio de un estilo musical que, poco a poco, fue seduciendo a miles de personas en el mundo. Hoy el sonido Nortec se despide y llega a su fin porque están seguros de que ya no hay nada más que hacer con esta fórmula.
Tocar en el Palacio de Bellas Artes, abrir la ceremonia de los Juegos Panamericanos en 2011, ser objeto de estudio por parte de musicólogos en Europa y Estados Unidos y tocar en los festivales más importantes del mundo, son logros que Pepe y Ramón acumularon durante la existencia de un concepto que causó furor fuera y dentro del país, pero que ahora ya no podría dar más, según sus creadores.
“Cuando iniciamos todo fue muy similar a como ahora está terminando: es algo que a muchos les incomodó. Primero decían que lo que hacíamos era una ‘nacada norteña’ y que buscábamos estar en las estaciones de radio ‘rancheritas’. Al principio nos abuchearon, pero cuando lo entendieron no como algo kitch o como una parodia, todo fue distinto. No sonaba naco, tenía seriedad musical y entrega total. Hoy en día vemos que todo lo regional ya es popular. Curiosamente, ahora que estamos terminando, ahora nos reclaman que no es el momento y cosas así. Finalmente lo importante es que dejaremos un buen bagaje musical para que después lleguen otras generaciones a hacer remixes, nuevas versiones de nuestra música o simplemente a apreciar nuestro trabajo”, aseguró Mogt a 24 Horas.
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