El debate sobre las leyes secundarias energéticas en el Senado y ahora en la Cámara de Diputados presenta un reacomodo ideológico:
1.- El PRI que como PNR expropió el petróleo con Lázaro Cárdenas y con él se hizo PRM ahora se alió al PAN que nació para enfrentar al cardenismo y operó una reforma anticardenista desde los argumentos de Cárdenas y no con el PRD poscardenista.
2.- El PAN anticardenista fue el más beneficiario de la reforma del petróleo cardenista por su alianza con el PRI cardenista y entre los dos enfrentaron y derrotaron al neocardenismo pospriista.
3.- El PRD, que nació de las cenizas del Partido Comunista Mexicano que nunca confió en Cárdenas y que se apropió de la franquicia de “la izquierda”, ha definido su propuesta energética a partir del PRM-PRI que abandonó a Lázaro Cárdenas desde 1940.
Y lo más interesante de todo es que todas las fuerzas políticas -PRI, PAN y PRD- han convocado al espíritu de Lázaro Cárdenas para fundamentar sus posicionamientos frente a las reformas.
1.- El PRD enredó la discusión con todos los efectos negativos de la reforma propuesta, que al final la conclusión será la de dejar las cosas como están.
2.- El PRI hizo tantas concesiones para aprobar la reforma que desarticuló la lógica de la privatización energética y por tanto diluyó los beneficios esperados.
3.- Y el PAN se preocupó más por negociar la reforma electoral a cambio de la energética que se quedó con dos reformas parchadas que en nada beneficiarán electoralmente al partido.
El problema de la reforma energética -la constitucional y la de las leyes secundarias- radicó en que su espacio natural de negociación era el Pacto por México, para de ahí bajar a las comisiones legislativas y eludir la polarización en el pleno. El PRD aceptó el sendero pero luego López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas lo sacaron de la primera ronda de negociaciones y al final se impuso el viejo estalinismo del Partido Comunista para obligar a los legisladores a votar por instrucciones del politburó perredista.
Cuando la reforma energética en sus dos fases se salió del Pacto por México, sus posibilidades se redujeron a la estridencia. Lo grave del asunto fue que por la configuración tripartita de la estructura política mexicana, hubo de dividir entre tres el modelo de reforma y lograr la alianza de dos de las tres fuerzas. Así, las reformas no serán las que necesita el país para relanzar la potencialidad de su riqueza petrolera, sino las que buenamente puedan consensuar dos de las fuerzas políticas con enfoques diferentes.
Y una vez terminado el proceso legislativo, vendrá la presión del PRD y grupos y caudillos afines no sólo para una consulta para “tirar” las reformas y de paso hacer trizas el sistema de representación política, sino que a partir de la próxima semana el perredismo y aliados van a intensificar la campaña internacional contra las reformas.
Así, paradójicamente el PRD y sus aliados -con actos que ya realizó el dirigente perredista Jesús Zambrano en EU y López Obrador con cartas a inversionistas- desarrollarán una campaña internacional para deslegitimar las reformas y con ello ahuyentar inversionistas. Pero quedarán como los antipatriotas que señalara Lázaro Cárdenas en su discurso expropiatorio de 1938:
“Las compañías petroleras (…) se han obstinado en hacer, fuera y dentro del país, una campaña sorda y hábil que el Ejecutivo Federal hizo conocer hace dos meses a uno de los gerentes de las propias compañías, y que ese no negó, y que han dado el resultado que las mismas compañías buscaron: lesionar seriamente los intereses económicos de la nación, pretendiendo por este medio hacer nulas las determinaciones legales dictadas por las autoridades mexicanas”.