BEREA, Ohio. Las esperanzas de los aficionados de los Cafés de Cleveland están puestas en un chico de 21 años, Johnny Manziel, ganador del trofeo Heisman la temporada pasada, que reconoce al mejor jugador universitario.

 

Manziel es la sensación de la NFL, nacido el 6 de diciembre de 1992 conquistó a los aficionados al deporte de las tacleadas gracias a su estilo desenfadado para jugar, arriesgado, intrépido e irreverente, va contra los cánones, muchas veces arriesgando el físico pero también en casi todas consiguiendo el objetivo.

 

Después de su destacado paso en Texas A&M Aggies era el jugador más deseado en el draft más reciente de la NFL. El año pasado guio a su equipo a conseguir el Tazón del algodón con un aplastante 41-13 sobre la universidad de Oklahoma.

 

Miles de fanáticos acudieron el sábado al entrenamiento de los Browns para ver de cerca al novato, quien fue una sensación en el fútbol americano universitario por su habilidad para correr, pasar e improvisar jugadas. Los aficionados empezaron a hacer fila afuera de las instalaciones del equipo a las 5 a.m.

 

Manziel, quien disputará la titularidad con Brian Hoyer, admitió el viernes que cometió “algunos errores de novato” en unas vacaciones en las que parrandeó bastante.

 

El quarterback prometió que ahora se concentrará en la parte deportiva, y sin duda cada uno de sus pasos será analizado por la prensa y los fanáticos.

 

Hoyer practicó el sábado con el equipo titular, y su primer pase fue al receptor Austin Miles.

 

Manziel lanzó su primer pase unas cuantas jugadas después, un lanzamiento largo que cayó fuera del alcance del receptor Charles Johnson.

 

“Me encantaba verlo jugar en la universidad”, dijo Sam Wilson, de North Canton, Ohio, quien llegó con su novia Savannah Meadows. “Creo que es una especie de genio del fútbol americano, y creo que nos ayudará a levantar cabeza. Tengo fe en él”.

 

Pero no todos vinieron a ver a Manziel lanzar el balón. “Me parece que es lindo”, opinó Meadows.