La invasión del pez león es probablemente el peor desastre ambiental que enfrenta el Océano Atlántico. Esta especie depredadora se reproduce con rapidez y su brutal cacería amenaza al 90 por ciento de las especies en sus zonas de arrecife.

 

Se cree que este singular pez con espinas venenosas apareció en el Atlántico en 1992, cuando el huracán Andrew destruyó el acuario de Florida y liberó en la aguas locales alrededor de ocho ejemplares que rápidamente se volvieron una plaga, pues cada uno puede producir hasta dos millones de huevos al año.

 

La especie habita regularmente en aguas poco profundas, sin embargo, puede sobrevivir a profundidades de más de mil pies, lo que aunado a que no hay depredadores naturales que le hagan frente, la vuelven difícil de erradicar.

 

Ante este problema la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida creó una nueva aplicación llamada The Report Florida Lionfish para rastrear a los peces, esto gracias a que los usuarios pueden reportar los avistamientos de la especie, así como informarse sobre el peligro que representa para la vida acuática.

 

No es la primera de su tipo. La misma comisión lanzó una similar para el seguimiento de la tortuga de tierra, una especie amenazada, y la Universidad Estatal de Ohio tiene una aplicación para la presentación de informes de avistamientos de invasores en los Grandes Lagos, como carpas asiáticas y escarabajos de cuernos largos.

 

En las primeras dos semanas de funcionamiento de la app del pez león, 150 usuarios registraron actividad y realizaron observaciones que han permitido al Servicio Geológico de Estados Unidos a medir y cartografiar la población de la especie.

 

La efectividad de la novedosa herramienta se debe a que con sólo tener acceso a un teléfono inteligente, se puede reportar inmediatamente cualquier avistamiento.

 

Aunque esta tecnología puede ser de gran ayuda para localizar los peces y crear estrategias para su eliminación, el ejemplo de otros países como Jamaica, demuestran que el método más eficaz para erradicar la especie es abrir un mercado para su consumo.

 

Pues pese a los intentos de Florida por organizar torneos en los que se ofrecen recompensas económicas por cada pez león capturado, la efectividad del sistema de Jamaica radica en la divulgación y educación, pues las autoridades ambientales se encargaron de enseñar a los pescadores las mejores formas para cazar a la especie y posteriormente comercializarlo, creando así un mercado constante y rentable que hasta el momento ha logrado la reducción de seis por ciento de esta población dañina.

 

Sin embargo, aunque Florida intenta seguir estos pasos y alentar la pesca, hasta el momento sólo ha logrado eliminar los requisitos del permiso para los buceadores que van tras el pez león, lo que deja la esperanza  para intentar controlar un enorme riesgo ecológico en manos de la tecnología , que increíblemente está quedando rebasada por la naturaleza. (Con información de The New Yorker)