WASHINGTON. El ex alcalde de San Antonio, Julián Castro, nieto de una migrante mexicana huérfana, fue juramentado hoy como secretario de Vivienda de Estados Unidos, en una ceremonia en la que el presidente Barack Obama lo llamó “líder probado”.
Castro, de 39 años y nieto de una inmigrante que dejó México para asentarse en Estados Unidos cuando era pequeña y cursó sólo hasta el cuarto año de primaria, fue exaltado por el presidente Barack Obama como líder en la causa habitacional.
“Julián es un líder probado, un campeón de viviendas seguras y asequibles, así como de vecindarios fuertes y sustentables”, señaló Obama. Castro fue juramentado por el magistrado en jefe de la Corte de Distrito de Columbia, Richard Roberts.
Estudiante y atleta destacado en la escuela secundaria y preparatoria, Castro obtuvo una licenciatura en ciencias políticas de la prestigiosa Universidad de Stanford, algo que él mismo reconoce derivó de las políticas de acción afirmativa.
En 2000, Castro y se hermano Joaquín, un legislador federal por Texas, se graduaron como abogados de la Universidad de Harvard, la misma alma mater del presidente Obama.
Su biografía oficial documenta que en 2001, con sólo 26 años, se convirtió en el político más joven en ser electo como consejero en la historia de la ciudad de San Antonio, Texas.
Ocho años después, Julián rompería una nueva merca al ser electo alcalde de San Antonio y convertirse en el alcalde más joven de una de las 50 ciudades más importantes de Estados Unidos y apenas el quinto alcalde latino en la historia de la urbe texana.
Durante su mandato, San Antonio fue colocada en el primer lugar como una de las ciudades de mejor desempeño en Estados Unidos en el índice del Instituto Milken.
“Mi mamá es probablemente la mayor razón por la que mi hermano y yo estamos en el servicio público”, señaló en alusión a su madre María “Rosie” Castro, una activista que ayudó a fundar el partido político chicano “La Raza Unida”.
En un perfil sobre su meteórico ascenso, The New York Times lo calificó en 2010 como el “político hispano post-hispano”, en alusión a su potencial para trascender líneas raciales o étnicas, tal como lo hizo Obama al ser electo en 2008.