Los expertos en el tema de jubilaciones y pensiones coinciden con la posición del presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, quien sugiere que el sindicato petrolero debe contribuir a la causa del enorme pasivo laboral de Pemex -1.3 billones de pesos nada más-, que el estado pretende absorber para volver competitiva a la paraestatal.
¿Por qué todos los mexicanos debemos pagar los privilegios de los que han gozado por décadas los trabajadores petroleros? Pregunta el “líder”, es un decir, pues, de los perredistas. Y tiene razón.
Los especialistas apuntan que se les puede exigir a los 150 mil trabajadores en activo de Pemex que aporten un porcentaje de su salario para financiar parte de su pensión, como lo hacen la mayoría de los trabajadores comunes y corrientes. Y para ello, el primer paso que debe dar el gobierno es modificar el Contrato Colectivo de Trabajo para cambiar el Régimen de Jubilaciones y Pensiones del organismo.
Además de la cuota, hay que modificar la edad de jubilación, pues ningún sistema de pensiones aguanta que con 25 años de trabajo -sin importar la edad- pueda jubilarse. Imagínense lectores el costo para el gobierno de un empleado que llegó a los 20 años a Pemex, que se jubila a los 45 y que vive hasta los 75 años o más. ¡Pues no hay empresa que lo aguante! Pensaría cualquiera, excepto Pemex, y por eso arrastra 1.3 billones de pesos de pasivo laboral. Peor se las cuento, insisten los expertos: en los próximos cinco años 40% de los trabajadores en activo de la paraestatal pueden jubilarse con el 100% de su sueldo.
Ante esta situación urge la negociación del Contrato Colectivo de Trabajo con Pemex. Y que no le digan, que no le cuenten, que no se puede, afirman los especialistas, quienes sugieren un par de condiciones: Que sea pública, de cara a la sociedad, y que se haga este mismo año. Nada de que nos vemos en 2015 que es año electoral, porque entonces sí, “la puerca tuerce el rabo”.
Además, el tema del multicitado pasivo laboral ya se diagnosticó, se analizó y se discutió lo suficiente como para seguirle dando largas al asunto. Les cuento, acota un experto: A principios de 2012, Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana estaban “en pláticas” con Felipe Calderón y su banda, pero como vieron que el PRI iba a ganar las elecciones, los líderes dijeron: para qué negociamos con los perdedores, mejor lo hacemos con el PRI, que nos podría dar más que los panistas, pensaron aquéllos, quienes dicho sea de paso han demostrado que para negociar son bastante buenos, independientemente que en los dos sexenios panistas “agarraron pichón”. ¡Pues es que hemos entrenado para eso! Podrían responder Romero y Aldana.
El gobierno pues, tiene la palabra, la decisión y la negociación. Y no es que quiera, sino tiene que hacerlo. No se trata de decir nada más ¡qué buena idea de que los pasivos laborales de Pemex se reconozcan como deuda pública! Ni descubrir el hilo negro diciendo que los nuevos trabajadores migrarán a un régimen de cuentas individuales como actualmente opera en el IMSS y en el ISSSTE.
AGENDA PREVIA
Hace un mes y días, Nuvia Mayorga, directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, dijo a 24 HORAS: “Nos estamos ensuciando los zapatos cuando vamos al campo…” a entregarle a los más fregados el dinerito de los programas sociales. Criticó que la principal falla en administraciones anteriores para impulsar el desarrollo de las comunidades indígenas fue que los programas y recursos se entregaban sin que el gobierno diera seguimiento de sus resultados; muchas veces estos recursos se quedaban en manos de asociaciones o dirigentes, lo que impidió que estas poblaciones salieran del rezago. Y presumió que a diferencia de administraciones anteriores, los funcionarios sí están yendo a las comunidades indígenas a entregar los apoyos federales en el marco de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
De los 400 municipios incluidos en la Cruzada, la mitad es indígena y la mayoría se localiza en Oaxaca y Chiapas, entidades con los mayores índices de rezago a nivel nacional. En este marco, se busca dejar de lado el asistencialismo predominante en las estrategias para el desarrollo indígena, subrayó.
No faltaron los malosos que confesaron al columnista que lo zapatos enlodados eran huaraches de “Christian Dior”. Aunque ese es un detalle menor si se compara con las casas de lujo que tiene en el fraccionamiento Real del Valle y el Club de Industriales en Pachuca, Hidalgo. Su hijo, dicen los del mismo grupito, conduce un automóvil deportivo de más de un kilo de billetes. La hija pronto se casará y el invitado de honor, tal vez padrino, será el Presidente. ¿El presidente municipal de Francisco I. Madero? Preguntan los ingenuos.
Así vive, dicen, la encargada de velar por el bienestar de los habitantes de los pueblos indígenas de este país.