BUENOS AIRES. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires sufrió hoy una fuerte caída de su principal indicador, el Merval, que se desplomó 8.38 por ciento por el impacto de la involuntaria cesación de pagos en la que ingresó Argentina; mientras que la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tuvo su mayor caída en dos meses, de 1.11 por ciento, influenciada en este evento internacional.
El índice del Mercado de Valores (Merval), que la víspera había alcanzado un nuevo récord histórico, retrocedió este jueves casi 800 puntos para cerrar en ocho mil 187.99 unidades, lo que representó un retroceso de 8.38 por ciento.
El desplome del indicador bursátil bonaerense se produjo luego que las calificadoras de riesgo declararan a Argentina en “default técnico”, como consecuencia de un fallo del juez estadunidense Thomas Griesa.
El volumen de negocios operados en acciones totalizó 272.1 millones de pesos (unos 33.1 millones de dólares), con un resultado de 16 subidas, 65 descensos y un título sin cambios en su cotización.
Durante la negra jornada de la plaza bursátil argentina, los bonos soberanos cayeron más del 4.0 por ciento y el dólar marginal llegó a superar los 13 pesos por unidad de la divisa estadunidense, aunque al final cerró su cotización en 12.7 pesos.
En medio del clima de incertidumbre que reinó en la jornada, el ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, salió a poner “paños fríos” al rechazar que el país haya ingresado en una cesación de pagos (default).
“Es una pavada (estupidez) atómica decir que hoy entramos en default”, afirmó el funcionario en una rueda de prensa que ofreció al volver de Nueva York, luego de que fracasaran las negociaciones de pago de la deuda con los fondos buitre (especuladores).
Kicillof explicó que el default en una cuestión “eminentemente legal” a la que se llega por incumplimiento de contratos, lo que no ha ocurrido en el caso de Argentina.
Precisó que la cesación sólo se declara cuando el deudor no paga, incumple con sus obligaciones y posterga los pagos (moratoria), condiciones que no aplican en el caso de Argentina.
Por el contrario, recordó, el país sudamericano sí pagó el mes pasado los vencimientos por más de mil millones de dólares que tenía que hacer a los acreedores que aceptaron reestructurar su deuda en los canjes de 2005 y 2010.
El problema en todo caso, dijo, lo generó el juez Griesa al impedir que ese pago llegue a los acreedores en tanto Argentina no llegue a un acuerdo con los fondos buitre que reclaman otras deudas.
Afirmó que esta situación es inédita porque implica que un país tiene la voluntad y los recursos para pagar, pero no se lo permiten, lo que generó un escenario insólito que no tiene nombre porque nunca antes había ocurrido.