KIEV. Las autoridades ucranianas pidiero a la población civil del este del país que abandone todos las ciudades y pueblos controlados por los separatistas prorrusos, entre las que están cuatro de las cinco localidades más pobladas de las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk.
“Los terroristas atracan a la población, secuestran a ciudadanos y toman edificios particulares y medios de transporte. Por eso instamos a la población local a abandonar los territorios tomados por los terroristas”, dijo en Kiev el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.

 

El mando militar ucraniano anunció la apertura de corredores humanitarios para facilitar que los civiles puedan salir de las ciudades para ser realojados temporalmente en otras zonas del país.

 

Los combates se han intensificado en las últimas semanas en las ciudades de Lugansk, Donetsk y Górloka, las principales plazas fuertes de los separatistas prorrusos, habitadas por 1.7 millones de personas antes del inicio del conflicto armado, prácticamente rodeadas por las tropas ucranianas.

 

En Lugansk, los combates hace semanas que han llegado ya a la ciudad, en la que desde finales de julio han muerto más de cien civiles bajo fuego de artillería del que se acusan los dos bandos.

 

La capital de la región homónima, habitada por medio millón de personas antes de la guerra, se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria, sin agua ni luz, sin comunicaciones y prácticamente desabastecida de alimentos perecederos y combustibles.

 

En Donetsk, los combates continúan en los accesos a la ciudad tanto desde el norte como desde el oeste, mientras que el fuego de artillería también ha llegado ya a algunos barrios de la urbe, los más próximos a la zonas donde combaten las fuerzas de Kiev y los sublevados.

Cinco soldados ucranianos han muerto y otros 14 han resultados heridos en combate en las últimas 24 horas, según Lisenko.

 

Los éxitos militares obtenidos en los últimos días por las fuerzas ucranianas les han permitido cerrar el cerco a la ciudad por el oeste y el norte.

 

Ayer, el obierno alemán bloqueo un negocio de armas de la empresa Rheinmetall destinado a Rusia y que previamente había sido autorizado, El Ejecutivo se ha ceñido a las sanciones económicas contra Moscú recientemente aprobadas por la Unión Europea (UE) tras el conflicto ucraniano y que incluyen la prohibición de las exportaciones armamentísticas, así como de material de uso civil susceptible de ser utilizado con fines bélicos.

 

Rheinmetall pretendía efectuar este 2015 los suministros contratados por el Ejército ruso, destinados al mencionado centro de la ciudad de Mulino (este de Moscú) y donde recibirán instrucción con aparatos de simulación electrónica unos 30 mil soldados. El negocio estaba presupuestado en 100 millones de euros y durante los meses pasados el gobierno trató de alcanzar, sin éxito, un acuerdo para que la empresa renunciara voluntariamente a esa entrega. La decisión se inscribe en la determinación expresa del gobierno de Berlín no solo de no autorizar futuras exportaciones a Rusia sino también de detener las que están autorizadas, pero pendientes de materializarse.