ACAPULCO. Hace unos días se informó que una red de políticos y empresarios de Coahuila se fue a vivir a San Antonio, Texas, e invirtió millones de dólares en esa ciudad norteamericana, provenientes del erario del estado norteño y de sobornos del narcotráfico.

 

¿Quién no se acuerda de Humberto Moreira? Esa es la pregunta que sirve de explicación para el nuevo caso, ya del conocimiento internacional.

 

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La historia comenzó en 1985, cuando se convirtió en profesor de la secundaria técnica Abel Suárez de León y se hizo parte de la maquinaria -perfectamente aceitada- denominada SNTE. Ahí conoció a la maestra Elba Esther Gordillo, hoy en la cárcel.

 

Para 1988, el profesor, ya con la protección de la adinerada chiapaneca, se fue al DF a ocupar distintos cargos: profesor del Centro de Investigación y Desarrollo Profesional del Magisterio y jefe de departamento de Recursos Humanos de la Dirección General de Educación Normal y Actualización del Magisterio -donde empezó a ofrecer los primeros y rentables favores.

 

Más adelante se convirtió en director de Enlace con Entidades Federativas del Programa Emergente de Actualización del Maestro, designado por la que después fundara el Partido Nueva Alianza. Sí, aunque era un cargo de la SEP, esa posición le correspondía a la mamá de la hoy senadora Gordillo.

 

Antes de regresar a Coahuila, fue secretario particular del subsecretario de Educación Básica, donde más recursos se manejan. En 1999, la hoy presa lo hizo secretario de Educación de su estado. Saltó a la alcaldía, patrocinado por la abuelita de René Fujiwara, y después hizo al empleado gobernador.

 

No acabó el mandato: solicitó licencia para postularse como candidato a la presidencia del PRI, y no duró ni un año en el cargo, porque las decenas de acusaciones de corrupción y el enorme desfalco al Estado de Coahuila empañaban la campaña del puntero, Enrique Peña.

 

Sí, amigo del hoy Presidente de la República, pero atención, no cómplice. Y por eso Los Pinos pintó su raya con uno de los 10 hombres más corruptos de México, según la revista Forbes.

 

Efectivamente debe estar disfrutando sus millones con un dolor eterno: el homicidio de su hijo José Eduardo, que no todo el oro del mundo puede sanar.

 

Hoy varios de sus empleados y colaboradores de su hermano, hoy gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, están metidos en un lío mayor: comprobar cómo fueron de shopping a San Antonio con millones que salieron de las cuentas de un estado mexicano.

 

¿Serán los presuntos rateros prestanombres de los Moreira? ¿Estamos los mexicanos frente al encarcelamiento de Humberto y la solicitud de licencia de Rubén, para así dejar claro que ni vallejos ni moreiras en este sexenio?

 

Pronto conoceremos las respuestas de estas preguntas que nos hacemos de los hermanitos Moreira; mientras tanto, los que deben muchas -aunque sean muy poderosos- que pongan sus barbas a remojar.

 

Guanajuato.- No sabe ya cómo explicar el gobernador Miguel Márquez Márquez como sus médicos habrían culminado cinco partos con la muerte de cinco niños y causado un derrame cerebral de un recién nacido. Los ciudadanos de a pie aseguran que como él y su familia se atienden en hospitales de Texas o Florida, le vale lo que le pasa a los terrestres. Esos son los verdaderos caminos de Guanajuato.

 

Sinaloa.- Mario López Valdez, Malova, reprueba la Ley Mordaza a pesar de que la iniciativa se presentó al Pleno del Congreso con su anuencia. Muy buen ferretero, pero pésimo gobernador. Es un traidor al PRI, aunque es amigo de todos los tricolores. Es más, ahora traicionará al PRD y PAN, con la idea de volver al “camino correcto”, pero Chuy Vizcarra es amigo personal del presidente Peña Nieto. Las pagará todas juntas.