Aunque en declaraciones públicas, de dientes para afuera digan que no les preocupa ni les quita el sueño, y que no ven una amenaza real para ellos, la realidad es que hacia adentro del PRD, en sus círculos más altos, hay un temor fundado del efecto negativo que tendrá para su partido el registro de MORENA, porque saben que el nuevo partido de Andrés Manuel López Obrador va exactamente por un segmento importante del voto perredista.
Encuestas internas que manejan en la dirigencia nacional del PRD arrojan que a nivel nacional, MORENA podría arrebatarles hasta 10% de votación. Y es que la intención de voto del perredismo en el país ha caído en los sondeos del techo histórico de 27% en 2006, con AMLO como candidato, hasta un mínimo nacional rumbo a las próximas elecciones intermedias de 17%. En estos momentos hay incluso algunas encuestas que le dan al PRD un mínimo de 8% y un máximo de 12% en votación nacional.
Pero, aunque el tema nacional les preocupa, lo que realmente ha encendido las alarmas en la cúpula del perredismo es el Distrito Federal.
En el mayor bastión político del PRD también los sondeos arrojan una dramática disminución en su intención del voto para las elecciones locales del próximo año que, en su escenario más optimista, llega a 32% y en algunas encuestas hasta un mínimo de 27% de votación. Es decir, que del histórico de votación del PRD para asambleístas y diputados federales que ha sido de 44% y hasta 52%, habrían bajado casi a la mitad, una caída de casi 40%.
Junto con el desplome perredista, el PRI se ha mantenido en su histórico de 20% de votación y aunque el priismo no crece, la disminución del voto del PRD ubica al tricolor en estos momentos como segunda fuerza política en la capital del país. Y ahí viene la otra mala noticia para el sol azteca: la tercera fuerza política en la Ciudad de México es MORENA, que ya figura en los sondeos de intención del voto con 16 y hasta 18%.
Todos esos datos y cifras explican el porqué del pánico en el PRD, que en la capital del país, su mayor reserva de votos, está a doble fuego, por un lado el crecimiento de MORENA, y por el otro la caída de la popularidad de Miguel Ángel Mancera, que ha incrementado sus índices negativos y de desaprobación hasta 60%, lo que golpea directamente al voto perredista.
La peor noticia para el PRD es que su caída todavía no toca fondo. Además de lo que les puede pegar Andrés Manuel y su MORENA, falta ver el efecto que tendrá la alianza que ya tiene armada Marcelo Ebrard con Movimiento Ciudadano. El ex jefe de Gobierno del DF ya pactó con el MC ser candidato a diputado y encabezar las listas plurinominales, por lo que seguro se convertiría en el coordinador de la fracción de Diputados de ese partido en 2015. Pero Marcelo no va solo, en su negociación incluyó también llevar varios candidatos a diputados para el Movimiento Ciudadano, pertenecientes a su grupo político.
Eso significa que además del efecto López Obrador, al perredismo le va a pegar también en 2015 el “efecto Marcelo”, así como ya le está pegando el “efecto Mancera” por la caída de intención de voto en el DF. Si todo eso no son malas noticias para el mayor partido de la izquierda mexicana, entonces quién sabe cuáles lo sean.
Hace tres meses, Carlos Navarrete, aspirante a la dirigencia nacional del PRD, decía que “el crecimiento de MORENA era una fantasía”, y apenas esta semana el líder principal de Los Chuchos, Jesús Ortega, salió a declarar que no tenían miedo del regreso de Andrés Manuel López Obrador y su nuevo partido, pero al mismo tiempo no escatimó en adjetivos para el tabasqueño, al que llamó “populista, mesiánico y demagógico” y aseguró que “su proyecto no es de izquierda”.
Pues bien harían los dirigentes del PRD en comenzar no sólo a preocuparse sino a ocuparse de ese “proyecto demagógico” y de esas “fantasías”, porque en una de esas se les volverán realidad y el 2015 podría significar una debacle histórica para el perredismo que perdería su condición de mayor partido de izquierda.
NOTAS INDISCRETAS… En Tamaulipas se preguntan si en Los Pinos el presidente Enrique Peña Nieto ya les dio luz verde a sus colaboradores para que empiecen a hacer campaña anticipada para 2015. Y se lo preguntan porque un cercano colaborador del mandatario, el coordinador de giras de la Presidencia, Alejandro Guevara Cobos, anda muy acelerado y con los tiempos adelantados en su natal Ciudad Mante haciendo actos abiertos de campaña en los que lo mismo reparte despensas que entrega regalos y promueve su imagen. Guevara Cobos, dicen, quiere ser candidato a diputado en 2015 y haciendo futurismo, hasta candidato a la gubernatura de Tamaulipas en 2016, pero en sus aspiraciones parece haber decidido brincarse las trancas y pasar por encima del PRI de Tamaulipas y de cualquier normatividad electoral que prohíbe y sanciona los actos anticipados de campaña.
Apenas el fin de semana, el colaborador presidencial repartió cuatro mil despensas en Mante, apoyos que procedían incluso de otros estados como Jalisco, Chiapas y Chihuahua. El ex líder del Frente Juvenil del PRI ya tiene logo de campaña “Imagina Tamaulipas” y comenta abiertamente que quiere ser diputado y luego gobernador. ¿Lo habrá mandado el Presidente a violentar los tiempos legales y los tiempos del PRI, o será Guevara el acelerado? Dados girando. Escalera.
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