BRASILIA. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que aspira a ser reelegida en octubre próximo, volvió a defender al Mercosur de la desconfianza de sus dos principales rivales, el socialdemócrata Aécio Neves y el socialista Eduardo Campos, que exigen más “independencia” comercial frente a ese bloque.

 

 
Los tres candidatos con mayor intención de voto en los sondeos participaron en un encuentro promovido por la Confederación Nacional de Agricultura (CNI) para debatir el futuro de ese sector, que es responsable por 44% de las exportaciones brasileñas y exige una mayor apertura comercial para mejorar su posición en los mercados.

 

Los empresarios del campo también aspiran a que el Mercosur, que forman Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, finalmente concrete el acuerdo comercial que negocia sin éxito desde hace 15 años con la Unión Europea (UE).

 

Esa misma demanda del sector privado había surgido la semana pasada, durante un encuentro de los tres candidatos con empresarios del sector industrial.

 

Tal como la semana pasada con los industriales, Neves y Campos respaldaron al sector agrícola y, en ambos casos, atribuyeron la falta de acuerdo a las “trabas” que el Mercosur impone, el gobierno de Rousseff “acepta”, y que impiden a sus socios negociar acuerdos en forma individual.

 

El candidato socialdemócrata fue más directo en sus críticas y sostuvo que el actual gobierno está sujeto a la “amarra” que suponen “unos vecinos con los que Brasil se alinea en términos ideológicos” y que le “hacen perder mercados” al país.

 

Según dijo Neves, Brasil debe promover una flexibilización de las normas del Mercosur a fin de tener “libertad comercial”, “abrir un poco más su economía” y llegar a “nuevos mercados”, aunque aclaró que ello debe hacerse “de una forma organizada y no de una manera abrupta”.

 

En opinión de Campos, “Brasil precisa una política de relaciones exteriores que sea de Estado, no de partidos”, y “destrabar la capacidad de expansión” de su comercio, sobre el cual también consideró que es perjudicado por las normas del Mercosur.

 

Rousseff, a su turno, respondió en forma directa a las demandas de los empresarios agrícolas sobre las negociaciones con la UE, pero eximió de culpas al Mercosur en las demoras y obstáculos.

 

“Que paren de culparnos a nosotros, porque estamos listos”, dijo Rousseff sobre la oferta que el Mercosur debe presentar a la UE para la retomada de las negociaciones.

 

Según la presidenta, la condición es que las ofertas de parte y parte sean presentadas al mismo tiempo y la UE “aún no concluye la suya”.

 

Aseguró que “en Francia, Hungría e Irlanda” hay “problemas de apoyo” y también dijo que sectores de la política europea sostienen que parte de la crisis que sufre el bloque comunitario se debe a su apertura comercial.

 

Rousseff indicó que el Mercosur, “después de mucho esfuerzo, ha llegado a una oferta que muchos creían que no se alcanzaría”, pero apuntó que ahora la UE “tiene que terminar la suya” y reiteró que, tanto en Brasil como en sus socios del bloque, hay plena voluntad política para llegar a un acuerdo.

 

En el plano interno, los tres candidatos coincidieron en que la agricultura es uno de los sectores más pujantes del país.

 

No obstante, Neves aseguró que eso ocurre “a pesar del gobierno” y por mérito de los empresarios del sector, y Rousseff lo atribuyó a una “sociedad entre el gobierno y todo el sector agrícola”, que en la última década ha permitido duplicar la producción de granos del país.

 

Según los últimos sondeos, Rousseff lidera la carrera hacia las elecciones de octubre con una intención de voto cercana al 40%, frente al 22% que obtendría Aécio Neves y 10 % que obtendría el socialista Campos.

 
Esos resultados llevarían la definición a una segunda vuelta, en la que Rousseff se impondría con una votación cercana al 40% al abanderado socialdemócrata, que escalaría hasta cerca del 35%.