La lluvia de estrellas fugaces más famosa del verano, conocida como perseidas o “lágrimas de San Lorenzo”, será este año menos visible que en ocasiones anteriores porque el brillo de la Superluna enmascarará el fenómeno.
Coincidiendo con la festividad de San Lorenzo, la luna llena se encontrará el día 10 de agosto en el punto de su órbita más cercano a la Tierra, el perigeo, por lo que se apreciará más grande y brillante de lo normal.
Este acontecimiento “deslucirá a las perseidas“, según dijo a Efefuturo el Director del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), Rafael Bachiller.
“En este punto, nuestro satélite está unos 50.000 kilómetros más cercano que cuando se encuentra en el punto más lejano, el apogeo, y esto hace que el tamaño aparente de la luna llena sea un 16% más grande y que su brillo sea un 30 % más alto”, ha detallado Bachiller.
El director del OAN ha añadido que “lo más conveniente será observar el cielo a partir del día 12 justo después del anochecer, antes de que se levante la luna, o ya cerca del amanecer, cuando nuestro satélite vaya perdiendo elevación“.
Las perseidas
Esta lluvia de estrellas se puede observar anualmente desde principios de agosto hasta aproximadamente el 22 del mismo mesy suele caracterizarse porque se pueden observar alrededor de 100 perseidas a la hora.
Para este experto, es “una pena” que la Superluna robe protagonismo a las perseidas ya que éstas suelen ser una ocasión “única” para observar el cielo.
“Son de las más impresionantes y sobre todo son de las más populares porque se producen en agosto, cuando la gente tiene tiempo, está en el campo relajada, las noches son más largas y las disfruta más; a lo largo del resto del año hay más lluvias de estrellas pero no se suelen observar porque hace frío“, ha precisado.
Sin embargo, el investigador postdoctoral en el Instituto Astrofísico de Andalucía y de la empresa de astroturismo y divulgación científica “Ciencialia”, Marcos Villaverde, encuentra un lado positivo en la convivencia de estos dos fenómenos.
“Las perseidas son una lluvia de estrellas que estadísticamente tiene un gran número de bólidos, es decir, de estrellas fugaces muy brillantes; entonces, aunque no se vean las débiles, sí que será posible ver alguna”.
Para ello, también recomienda alejarse de las ciudades y de los puntos muy iluminados para evitar la contaminación lumínica y acudir a lugares oscuros y remotos en campos abiertos para “básicamente mirar hacia arriba“.
“Esta lluvia recibe su nombre porque el radiante, punto del que parecen provenir sus estrellas fugaces, está en la constelación de Perseo: por tanto una buena dirección para mirar al cielo podría ser el norte pero, como estas estrellas tienen un recorrido más o menos largo, en general mirando para arriba se ven“, ha explicado a Efefuturo Villaverde.
Lluvias de estrellas
Las lluvias de estrellas fugaces son un fenómeno que se produce cuando la Tierra atraviesa la cola dejada por un cometa en la que hay multitud de granos de polvo de diferente tamaño.
“Cuando esas pequeñas piedrecillas entran en la atmósfera de la Tierra se calientan por fricción, se desintegran y brillan”, ha añadido el investigador.
Las perseidas están asociadas al cometa Swift-Tuttle (nombrado así por los apellidos de sus dos descubridores), que da la vuelta al Sol cada 135 años y va dejando en su órbita pequeñas partículas, rastro que atraviesa la Tierra, cada verano, en agosto.