La violencia que se desató antes y después de un partido en Córcega entre Bastia y el Olympique de Marsella dejó 44 policías heridos, ocho de los cuales debieron ser hospitalizados, y el ministro del interior prometió que a los responsables se les prohibirá la entrada a los estadios.
Las autoridades francesas dijeron el domingo que en los próximos días habrá una reunión con directivos de la liga francesa para instrumentar un plan que ponga fin a dicha “violencia inadmisible“.
El ministro del interior Bernard Cazeneuve y el ministro de juventud y deportes Najat Vallaud-Belkacem dijeron en una declaración conjunta que los responsables comparecerán ante la justicia y serán sancionados, “especialmente prohibiéndoles la entrada a los estadios”.
Ningún espectador resultó herido durante el partido del sábado en el estadio Furiani, que terminó empatado 3-3.