BUENOS AIRES. Estela de Carlotto, que esta semana encontró a su nieto desaparecido durante la última dictadura militar (1976-1983), asegura que la recuperación de Guido es un “sueño” que “unió a los argentinos” y afirma que ella continuará con su trabajo al frente de Abuelas de Plaza de Mayo.
“Por la respuesta que tuve, creo que Guido nos unió a los argentinos, pensemos lo que pensemos. No por mí, sino por una persona que recobra su libertad, sus derechos, la recomposición de su historia”, declara Estela de Carlotto en una entrevista al diario “Página 12”.
“Estoy feliz, me parece un sueño, pero cada vez piso más la realidad. Me costó un poquito cambiar la posición de presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, una abuela restituyendo a otro nieto”, dice.
La presidenta de esta organización defensora de los derechos humanos sostiene que le “costó salir de lo institucional” y que está asimilando “momento a momento” el final feliz de una búsqueda que fue el centro de su vida durante 36 años.
Sin embargo, Estela de Carlotto destaca que la aparición de Guido cambia su vida, pero no su trabajo, porque va a seguir al frente de Abuelas de Plaza de Mayo todos los días.
“A la alegría de la recuperación se suma la calidad de persona que tiene: es sano, es bueno, es idílico, soñador, es músico. Y tiene un carácter muy parecido a los Carlotto, medio jorobón, de hacer chistes”, cuenta la abuela del nieto recuperado número 114.
Aunque de Carlotto ve en Guido (Ignacio Hurban) los rasgos psicológicos de Laura, su hija asesinada por fuerzas de la última dictadura y que dio a luz en cautiverio, reconoce que su nieto es “el vivo retrato del papá”, Oscar Montoya, otro militante secuestrado y matado que no se sabía si era el padre del bebé de Laura.
“Se suma la alegría de saber quién era el papá de él, el compañero de Laura, porque hasta el martes (al conocerse los resultados del test de ADN) no lo supe. Era una sospecha”, apunta Estela de Carlotto.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo revela que tras recibir la noticia pensó en su hija, que “en donde esté estará sonriendo, feliz”, y diciendo “Mamá, misión cumplida”.
Añade que, aunque ella seguirá llamando Guido a su nieto, respeta la decisión de éste de continuar usando el nombre de Ignacio, con el que fue criado.
“No lloré. Solamente cuando lo abracé de la emoción y le dije ‘Guido, mi querido nieto que te busqué tanto’. Y él me dijo ‘Despacito, despacito’. Pero cuando se fue ese día a la noche me dijo: ‘Chau, abu'”, narra sobre el momento en que conoció a su nieto en persona, el pasado miércoles.
Quien también conoció esta semana a Guido fue la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien ayer compartió en su cuenta de Twitter cómo fue la reunión.
“Estela entra primero. Camina con una agilidad nueva. La cara resplandece. Ha rejuvenecido de repente, pero conserva el genio de siempre. Lo primero que me dice: ‘Dijiste que el papá era santacruceño como Néstor, pero te olvidaste de decir que Laura era platense como vos’. Estela en estado puro”, relata.
“Entra Guido-Ignacio. Nos abrazamos. No sé qué habrá sentido y pensado él. Algún día se lo preguntaré”, escribe la presidenta, junto a una foto en la que aparece abrazando al nieto 114.
“Lo importante de su vida es que tendrá muchas cosas para sumar y no para restar porque tuvo la suerte de crecer con amor. Yo pensaba, después de todo Estela tuvo suerte. Mirá si a su nieto lo hubieran criado con odio”, indica la presidenta respecto a la familia que crió a Guido, en el municipio bonaerense de Olavarría.
La Justicia argentina investiga ahora las circunstancias por las que Guido se crió con una pareja dedicada al campo que no podía tener hijos y le dio una vida “extraordinaria”, según manifestó el nieto recuperado.
“A mí lo que me interesa ahora es él. Él está, es hermoso física y espiritualmente. Lo demás tienen que hacerlo otras personas, la Justicia, por un lado, y nuestros equipos de investigación y abogados. Tienen que completar la historia de responsabilidades”, afirma Estela de Carlotto en la entrevista.