Un niño de dos años que murió el 6 de diciembre pasado tras unos días de caer enfermo en el pueblo de Guéckédou, en el sureste de Guinea, sería el paciente cero del mortal virus del ébola.
Según información publicada por The New York Times, los investigadores epidemiológicos afirman que en este lugar se encontraron los primeros síntomas de la enfermedad y que después de la muerte del pequeño, también fallecieron su madre, abuela y hermana, así como a varios miembros de la misma aldea.
Los reportes indican que todos presentaron fiebre, vómitos y diarrea, pero nadie sabía lo que les había enfermado y que tras el funeral de la abuela dos personas más se habrían contagiado, llevando el virus a sus respectivas aldeas.
El avance en estas pesquisas señalan que tras llegar a esta nueva aldea, el virus se propagó contagiando a un enfermero y un doctor quienes también murieron al tratar a los pacientes infectados.
El avance en este descubrimiento ayudaría a entender por qué el virus se expandió rápidamente en todos estos países de África Occidental.
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