En la mente de los mexicanos los versos de Himno Nacional y la melodía que los sostienen son inseparables, pero no siempre estuvieron juntos, la música fue montada oficialmente el 12 de agosto de hace 160 años, casi seis meses después de que se tuviera lista la letra.
Igual que los versos compuestos por Francisco González Bocanegra, la música fue elegida a través de un concurso organizado por el gobierno de Antonio López de Santa Anna entre 1853 y 1854, una época en la que “todavía estaba fresca la sangre de los héroes caídos en defensa del territorio” por la guerra contra Estados Unidos, según relata el coronel Manuel Pacheco Moreno en su libro “El Himno Nacional”.
La melodía ganadora se llamaba originalmente “Dios y Libertad” y compitió contra 14 más. Pero los jueces del concurso desconocían la identidad del ganador; el autor había firmado la partitura únicamente con sus iniciales: J.N y no con su nombre completo. El ensamble oficial se aplazó unos días hasta encontrar al autor.
Éste texto es parte del aviso que la Secretaría de Fomento, a cargo de Sebastián Lerdo de Tejada, emitió entonces para buscar al ganador:
“No pudiendo saber por la contraseña número diez J.N, quién sea el autor de la composición musical triunfante en el certamen, el Excelentísimo Señor Ministro ha acordado se publique este aviso para que se presente en esta Secretaría”.
Días después, se conoció que el autor de “Dios y Libertad” era el músico de origen catalán Jaime Nunó, declarado oficialmente ganador el 12 de agosto de 1854. Así el poema de González Bocanegra –que aguardaba desde febrero- finalmente pudo ser musicalizado.
Para el 31 de agosto de ese mismo año se repartieron los primeros 260 ejemplares del Himno al Ejército Mexicano, y 10 más al Departamento de Artillería. El mismo Nunó hizo la primera impresión de la partitura ya completa para certificar su autenticidad.
A diferencia de la letra, que ha sido reducida de 10 a 4 estrofas, la música prácticamente no ha sufrido cambios, está escrita en la escala de Do natural o Do Mayor, y su interpretación está estrictamente regulada por la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.
El gobierno de la República, a través de las secretarías de Educación estatales y federal, cada año sigue organizando un gran concurso nacional para la interpretación del Himno Nacional Mexicano en el que participan escuelas primarias y secundarias de todo el país.