SANTIAGO. Dos poderosas bombas estallaron a metros de cuarteles policiales, uno de ellos ubicado en pleno centro de Santiago de Chile, donde la onda expansiva rompió vidrios en algunos edificios cercanos, informó el martes la policía.
Estos hechos “dan cuenta de atentados que son incomprensibles e injustificables”, dijo el ministro vocero del gobierno Alvaro Elizalde.
Las detonaciones se registraron la medianoche del lunes al lado de la comisaría de El Bosque, al sur de la ciudad, y la pared del gimnasio de la primera comisaría de Santiago, en pleno centro de la capital. No se informaron heridos.
El fiscal Raúl Guzmán dijo que “en ambos casos se trata de artefactos explosivos artesanales compuestos por pólvora negra dentro de un contenedor que es un extintor, tal como se ha hecho ya en muchos atentados con anterioridad”.
Los nuevos ataques incrementan la sensación de inseguridad de la ciudadanía que a menudo sufre falsas amenazas de bomba. El último se registró el martes en una estación del metro y obligó a la paralización del servicio entre varias estaciones.
Las últimas explosiones elevan a 28 las bombas detonadas en Santiago en lo que va del año. Las anteriores, en julio, dañaron un vagón del tren subterráneo, quemaron las puertas de una iglesia católica y una tercera, ubicada al lado de una guardería infantil, fue desactivada.
Elizalde recordó que la detonación de bombas “no es un fenómeno nuevo, se viene produciendo hace varios años”.
El Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, dijo que el gobierno aplicará la ley antiterrorista que otorga herramientas especiales a los investigadores, como el uso de testigos protegidos.
Un intenso operativo en el centro concluyó con la detención de tres personas, liberadas posteriormente porque no presentaban trazas de explosivos, informó radio Cooperativa.
Grupos anarquistas se han atribuido algunos atentados anteriores.