Por Adriana Otero | @arrethon

El próximo 16 de octubre se anunciará el ganador del Premio Stirling del Instituto Real de Arquitectura Británica (RIBA, por sus siglas en inglés). Inaugurado en 1996, el galardón distingue lo mejor de la producción arquitectónica del Reino Unido, ya sea a través de edificios construidos en la región o de obras realizadas en la Unión Europea por un arquitecto socio del RIBA.

El premio ha sido otorgado con anterioridad a obras tales como: Centenary Building (Salford University) de Stephen Hodder; Music School (Stuttgart) de  Michael Willord; Museum of Modern Literature (Marbach, Alemania) de Chipperfield Architects. Sin duda los arquitectos consentidos por la RIBA son Foster and Partners y la renombrada arquitecta Zaha Hadid, quienes han recibido el galardón en más de una ocasión. El jurado de este año está presidido por la firma Spencer de Grey CBE- Foster + Partners quienes elegirán el mejor edificio del 2014.

Este año se debaten entre seis edificios:

Biblioteca Pública de Birmingham, diseñada por Mecanoo

Esta construcción ha sido descrita como un edificio verdaderamente  público y cívico que afirma la vigencia de los libros. La gran biblioteca tiene en su  programa un espacio memorial a Shakespeare con 43 mil libros de acervo, un anfiteatro, el archivo más importante de la revolución industrial, una zona de lectura con 400 mil libros exhibidos y 600 mil en resguardo; también tiene un teatro con 300 butacas y un mirador en la parte más alta. Arquitectónicamente destaca su fachada de celosía geométrica muy similar a la flor de la vida. También llama la atención el aprovechamiento de la parte subterránea de su plaza principal para albergar el anfiteatro.

Centro Acuático Olímpico londinense, por Zaha Hadid

El Centro revela una vez más a Hadid entre los arquitectos más apreciados por la RIBA, esta vez con un edificio cuyo concepto es la fluidez geométrica del agua en movimiento. El vertiginoso diseño está apoyado en una serie de bondades técnicas como su acreditación BREEM de sustentabilidad por su eficiencia energética; es reconocido también por el uso de materiales reciclados en la obra. Se diseñó para dar cabida a 17 mil 500 espectadores durante el evento deportivo de 2012.

Teatro Everyman, por Haworth Tompkins

Esta construcción se instala en uno de los lugares culturales más entrañables de Liverpool. Su reto fue crear un edificio nuevo con toda la tecnología necesaria pero que no desentonara con el aura antigua de la zona. Su estrategia fue reutilizar ladrillos y dejarlos expuestos en la mayoría de los espacios y emplear materiales que no demeriten su belleza con la patina del uso diario. Su gesto más polémico, pero finalmente bien aceptado, fue la fachada que reproduce en 105 parasoles múltiples fotografías de gente local.

Centro Saw Swee Hock, de la Escuela de Economía en Londres, por O’Donnell+Tuomey

Este proyecto destaca por su fachada de 175 mil tabiques acomodados en diversos planos, logrando un edificio que por su forma podría chocar con su contexto medieval, pero que los materiales y su diseño sólido o discretamente calado lo mimetizan exitosamente. Su diseño en espiral busca la continua interacción de los alumnos en un espacio social continuo. El despacho también se preocupó por  la iluminación y ventilación natural, lo que les valió un puntaje altísimo en el BREEAM.

The Shard, de Renzo Piano

Este proyecto es omnipresente en Londres, es el rascacielos más alto de la Unión Europea con sus 310 metros de altura y está completamente recubierto de cristal. Su programa consiste en departamentos residenciales, un hotel, un mirador, oficinas y restaurantes. Es propiedad del estado de Qatar y está diseñado con una serie de planos que parecieran formar una pirámide pero que no terminan de tocarse, siguiendo el sobrenombre que le ha dado el mismo Piano de “fragmento”.

Escuela de Arte de Mánchester, por Feilden Clegg Bradley Studios

Éste es el punto de encuentro de diversas artes y disciplinas: arquitectura, joyería, gráfica, moda y fotografía. Tanto la volumetría exterior como sus fachadas siguen una línea elegante y discreta, mientras que su diseño interior persigue una lógica no linear y aprovecha el espacio vertical como galería, vinculando varios niveles. Los espacios provocan una sensación de apertura y cercanía entre las actividades, volviéndose más que una escuela “el puente entre lo aceptable y lo posible, el entre lo que es y lo que y si…”