Nueve días después del derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico de una mina en los ríos Bacanuchi y Sonora, el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés busca que se emita declaratoria de estado de emergencia.
Durante el recorrido realizado por el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, y el gobernador, se acordó establecer una zona de restricción para el uso de agua de pozos ubicados a menos de 500 metros del río Sonora, en tanto la Comisión Nacional del Agua (Conagua) monitorea el líquido.
El viernes pasado las autoridades recibieron el reporte del derrame, ocurrido en la mina Buena Vista, de 40 mil metros cúbicos de lixiviados de cobre y otros metales procesados con ácido sulfúrico en el río Bacanuchi.
Ante ello, el mandatario sonorense solicitó a los funcionarios federales que se declare el estado de emergencia en esa región del norte de la entidad, lo que será analizado a la brevedad posible, según se indicó.
También durante la reunión del Comité de Operación de Emergencias se estableció que se obligará al Grupo México a monitorear la calidad del agua en el río Sonora, por un periodo de cinco años, procedimiento que vigilará la Conagua.
El 7 de agosto, debido a las lluvias en aquella entidad federativa, ocurrió el derrame de una de las represas de contención de solución cargada de cobre y otros metales procesados con ácido sulfúrico que escurrieron hasta llegar a esos afluentes. La contingencia ocurrió en la empresa Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, en Cananea, Sonora.
La mancha anaranjada de al menos 60 kilómetros de largo recorrió siete municipios del estado de Sonora: Arizpe, Banamichi, Baviacora, Aconchi, Cananea, Hermosillo y Ures.