Arte útil, es un término acuñado por la artista cubana Tania Bruguera (Cuba, 1968) y no sólo es un término, sino toda una ideología que consiste en creer en el poder del arte como herramienta social de cambio, la creación de una institución ficticia y amable, asombrosamente real, que podría parecer muy utópica; su existencia permite la transformación de un pensamiento, da pie al análisis y a la reflexión del mundo en el que vivimos, nos abre los ojos a la manipulación y a la constante sed de poder por parte de nuestros gobernantes de manera global.

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Por ejemplo, Bruguera creó el Partido del Pueblo Migrante en colaboración con la Sala de Arte Público Siqueiros, que tuvo su sede en la Casa Talavera, cerca de La Merced en el Centro Histórico de la ciudad de México. La idea era reunir a un grupo de personas que tuvieran un interés en fortalecer los derechos de los migrantes como ciudadanos del mundo.

“Tania Bruguera conceptualiza al migrante como el ciudadano global modelo del siglo XXI, que tendrá posibilidad de adaptarse y aportar con mayor facilidad al proceso de internacionalización que define el contexto económico y político actual; el migrante como integrante de una sociedad cívica humanista, apartada de cualquier noción de nacionalismo.”[1] El objetivo era pertencer a un partido político simplemente para ser escuchado, para que hubiera un encuentro real entre salvadoreños y guatemaltecos en su paso por las fronteras, la idea era generar conciencia y una voz que pudiera ser atendida. Se hicieron tarjetas de afiliación, carteles, estampas, plumas, gorras y playeras con el logo del Partido.

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Todo lo anterior funciona como introducción a la exhibición que se presenta en el Victoria & Albert Museum londinense titulada Disobedient objects sobre el arte como disenso. Actualmente se habla de la importancia de los archivos, aun más valiosos y sustanciales que la misma obra de arte, puesto que son un registro histórico que justifica a la misma obra. Los objetos que se presentan en esta muestra funcionan como un archivo vivo, como una colección discursiva que relata una línea específica de pensamiento, pero también hay una estética en estos artículos que no se alejan de la invención creativa que denuncia un hecho, una visión del mundo contemporáneo.Por ejemplo, los textiles que detallan la tortura y el sufrimiento económico, los cuales, fueron  tejidos por las mujeres chilenas durante el regimen de Pinochet en la década de 1970. La importancia de la máscara de gas, su significado y su configuración en materia de diseño.

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Por esta razón me parece que la exhibición también tiene un acercamiento muy industrial, un vistazo a la manera en la que las sociedades han creado sus herramientas de resguardo o protección y sus formas de difusión de la información, por ejemplo las “bombas de cubo” utilizadas para dispersar folletos censurados por el gobierno en algunas ciudades sudamericanas.

La muestra estará abierta hasta el 1 de febrero de 2015, fue curada por Catherine Flood, curadura de pósters, carteles y papelería gráfica en el Museo Victoria & Albert  y cocurada por Gavin Grindon, profesor de la Universidad de Kingston que ha pasado los últimos 10 años de su vida investigando objetos que han servido como elementos de protesta.

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Esta exhibición también pone en tela de juicio el papel del museo como un espacio que muestra no sólo objetos artísticos o decorativos, sino un archivo que representa la historia de la humanidad en el ámbito de la protesta. No cabe duda que como dice el artista alemán-uruguayo Luis Camnitzer, “el Museo es una escuela.” ¿Disobedient objects entrará en la categoría de Arte Útil? ¿Cómo se podrán compilar los objetos que componen esta exhibición en la era digital?

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[1] http://www.saps-latallera.org/saps/partido-del-pueblo-migrante/