Dados los cambios en la opinión pública sobre la marihuana y la divulgación de los posibles beneficios de la yerba para las conmociones cerebrales y otras lesiones, la NFL está alcanzando un punto crítico para manejar lo que es reconocido como el analgésico predilecto de muchos jugadores.
“No se trata de fumar marihuana por diversión”, dijo el retirado lineman defensivo Marvin Washington. “Se trata más sobre qué harías si pudieras tomar algo que te ayuda a sanar más rápido de una conmoción cerebral, que evita que pierdas el equilibrio por dos semanas y que pierdas la vista por cuatro semanas”.
Un desafío que encara la NFL es cómo llevar la marihuana al deporte como analgésico sin avalarla como droga recreativa. Y ante una demanda judicial interpuesta a nombre de cientos de ex jugadores que se quejan de los efectos de los analgésicos que dicen fueron forzados a tomar por entrenadores y médicos, la NFL busca maneras de ayudar a los jugadores a lidiar con el dolor de un deporte violento.
La Agencia Mundial Antidopaje dijo que no necesita detectar a los consumidores de marihuana fuera de competencia. Y al menos un entrenador renombrado, Pete Carroll de los Seahawks, ha dicho públicamente que le gustaría que la NFL estudiara si la marihuana puede ayudar a los jugadores.
No existen datos precisos sobre cuántos jugadores de la NFL consumen marihuana, pero la evidencia empírica, como el arresto o las medidas disciplinarias contra no menos de una decena de jugadores por consumo de marihuana en los últimos 18 meses, indica que es cada vez más común.
El lineman ofensivo de los Redskins, Ryan Clark, no quiso ponerle número a los jugadores de la NFL en activo que fuman marihuana, pero dijo: “Conozco muchos que usualmente no fuman marihuana pero que la consumen durante la temporada”.
Washington tampoco dio una cifra específica, pero dijo que también conocía jugadores que no temían prender un cigarrillo de marihuana cuando él estaba en la liga, incluido uno “que detestaba las píldoras contra el dolor que le daban en ese entonces”. Otro veterano lineman defensivo, Marcellus Wiley, calcula que la mitad de los jugadores en los vestidores de la NFL la consumían para cuando él concluyó su carrera en 2006.
“La usan para manejar el dolor”, dijo Wiley, quien jugó profesionalmente por 10 temporadas. Y patinó al admitir que “La usan para manejar la ansiedad en el juego”, lo que entra directamente en el rubro de dopaje.
La NFL encara demandas en dos frentes —conmociones y analgésicos_, y ambas, dicen algunos, podrían resultar influenciadas de manera positiva si la marihuana fuera mejor tolerada por la liga.
El enigma que la NFL debe resolver es cómo hallar una manera elegante de mantener vigilados a quienes consumen la marihuana sin control —o con fines recreativos— a la vez que da a otros una forma legítima de aliviar el dolor.
“Me gustaría ver que progresamos en el tema hasta donde todos somos maduros y la permitimos”, dijo Wiley, “y dejamos que nuestros jugadores tomen la decisión por sí mismos”.
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