Si de por sí, cuando se repartían los títulos del futbol español entre dos, las temporadas abrían con suficientes rencores. Si de por sí, cuando los aspirantes se limitaban a dos escuadras, las campañas comenzaban con demasiadas vendettas que consumar. Si de por sí, cuando la hegemonía era centralizada por el eje Real Madrid-Barcelona y los restantes dieciocho desempeñaban rol de meros comparsas, había tamaña rivalidad al primer instante del torneo.
Entonces imaginemos tras la primera liga en diez años que ha finalizado con un campeón alterno.
Este martes se disputará la ida de la supercopa española: el Real Madrid, conquistador de la pasada Copa del Rey, ante el Atlético, vigente monarca liguero.
Mucho que jugarse y no nada más un simple trofeo de pretemporada; nada de preámbulo o prólogo: el todo inicia aquí, el todo desde ya.
Para empezar, porque es el primer derby del ejercicio, con todo lo que supone una enemistad que fue plenamente merengue en los primeros trece años del milenio (en ese lapso, dieciocho victorias blancas y seis empates), para después repintarse de rojiblanco con la final de copa 2013 y los enfrentamientos de liga 2014-15.
Para continuar, porque como explicó Diego Simeone, director técnico atlético, “hay un poquito de diferencia”, y el propio estratega especificó: con 95 millones de euros el cuadro colchonero compró a ocho futbolistas, al tiempo que esa cifra apenas alcanzó a los agrios vecinos para hacerse de dos jugadores.
Más todavía, porque el Real a este momento no ha desechado ningún jugador relevante de su plantel (incluso Ángel Di María y Sami Khedira se mantienen aunque con perspectivas de venta), mientras que el Atlético otra vez fue desmantelado y rearmado: se han ido Diego Costa, Filipe Luis, Thibaut Courtois, Adrián, David Villa, Diego Ribas.
Por si requiriéramos de más argumentos, porque ver la ofensiva madridista hoy vale todo boleto: Kroos, Modric, James, Bale, Cristiano, Benzema. Y ver al nuevo Atlético no demerita (como no lo ha hecho cuando se han ido tantos en el pasado reciente): Mandzukic, Griezmann, Ansaldi…, y el mexicano Raúl Alonso Jimémez.
Con todo lo planteado, la emoción está garantizada este martes en el Santiago Bernabéu, tanto como en el Calderón a la vuelta a disputarse el viernes.
¿Rencores de ejercicios pasados? Que el Atlético viene de robar una liga madridista-blaugrana. Que el Madrid le eliminó de la pasada Copa (y le ha privado de tantas, tantas, tantas cosas en la vida). Que el Barcelona, habituado a siempre jugar este título, a la distancia ve y acecha (lacerando al pobre club León para mostrar su poderío).
La mejor noticia es que tras la hambruna posterior al glotón banquete mundialista, vuelve el futbol español. Supercopa en Madrid. Revanchas ibéricas.