LA PAZ. Evo Morales, quien está a un paso de volver a relegirse como presidente de Bolivia, enfrenta duras criticas luego de que se diera a conocer que el peruano Walter Chávez, que fue acusado en su país de terrorismo por presuntos vínculos con el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), coordina la campaña electoral del partido del presidente para los comicios generales de octubre próximo.
Chávez, periodista de profesión y refugiado político en Bolivia desde 1992, forma parte del equipo de campaña del Movimiento al Socialismo (MAS), según declaró a radio Erbol la vicepresidenta de ese partido, Concepción Ortiz.
“Walter Chávez también va trabajando como técnico de coordinación con nuestras organizaciones a nivel nacional del MAS”, afirmó Ortiz.
También la responsable económica del MAS, Nélida Sifuentes, confirmó al mismo medio la vinculación de Chávez con el partido oficialista, aunque precisó que quien dirige la campaña por instrucción de Morales es Leonilda Zurita.
Evo Morales buscará el próximo 12 de octubre ser reelegido como presidente de Bolivia para un tercer mandato, avalado por un dictamen del Tribunal Constitucional de su país, a pesar de que la Constitución promulgada en 2009 limita a dos, con carácter retroactivo, el número de periodos consecutivos que un mandatario puede ocupar la Presidencia.
El refugio otorgado por Bolivia a Walter Chávez, quien ejerció entre 2006 y 2007 como asesor de Evo Morales, fue en varias ocasiones causa de fricciones entre el gobierno boliviano y el peruano.
El Ejecutivo boliviano rechazó en 2007 una acusación de extradición y detención preventiva que plantearon las autoridades peruanas sobre Chávez, acusado en su país de presuntos vínculos con el MRTA.
La petición de extradición fue emitida en marzo de 2007 por la entonces fiscal superior de lo Penal de Perú por delitos contra la seguridad pública y terrorismo en detrimento del Estado.
En concreto, Chávez fue acusado por las autoridades de Perú de una presunta extorsión en 1990 a dos empresarios de ese país en nombre del MRTA, aunque el periodista siempre negó esos cargos y se consideró víctima de una persecución política.
El periodista renunció entonces a su cargo como asesor de comunicación del Ministerio de la Presidencia de Bolivia para no perjudicar al Gobierno de Morales, según declaró en aquel momento.