WASHINGTON. El gobierno de Estados Unidos subrayó hoy que su política es “no hacer concesiones a los grupos terroristas ni pagar rescates” por secuestrados, por considerar que financia sus actividades y pone en peligro a todos sus ciudadanos en el exterior.
“No hacemos concesiones a los terroristas, eso incluye que no pagamos rescates”, dijo tajante la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, a la pregunta de si el gobierno se está planteando cambios en su forma de actuar tras la ejecución de un periodista por el Estado Islámico (EI).
Según el GlobalPost, medio para el que colaboraba el periodista James Foley, secuestrado en Siria en 2012 y decapitado esta semana, los yihadistas pidieron en un principio 100 millones de euros (132,5 millones de dólares) por su liberación.
La portavoz, que no confirmó este extremo, señaló que una de las principales formas de financiación del EI ha sido el cobro de rescates “que otros han pagado” y otras actividades delictivas como el robo de bancos.
El Departamento de Estado considera que el pago de rescates puede poner en un “gran peligro de secuestro” a los ciudadanos estadunidenses en el extranjero, además subrayó que ayudan a financiar “a los mismos grupos a los que estamos intentando degradar sus capacidades”.
La portavoz rehusó comentar si el pago de rescates por parte de países europeos tiene algún impacto sobre los ciudadanos estadunidenses secuestrados y reiteró que “da a los terroristas una herramienta” para continuar con sus actividades.
El presidente de GlobalPost, Philip Balboni, indicó al Wall Street Journal que el rescate fue solicitado tanto al medio de comunicación como a la familia de Foley.
Balboni eludió comentar la respuesta a la solicitud de EI y se limitó a señalar que todas las comunicaciones con los captores fueron compartidas con las autoridades estadunidenses, a lo que la portavoz señaló que “Estados Unidos no tiene contactos con EI”.
La portavoz rehusó comentar si el gobierno recibió algún tipo de advertencia previa antes de la ejecución del periodista, y señaló que el gobierno es consciente de que “cada día que Jim Foley y otros estadunidense están en manos de EI sus vidas están en peligro”.
El gobierno estadunidenses reconoció el miércoles haber llevado a cabo a principios de verano una operación fallida para rescatar a Foley junto a un “pequeño grupo” de estadunidenses secuestrados, cuya cifra no especificó, que no se encontraban en el lugar.
Al igual que ha indicado el Pentágono, la portavoz señaló que la decisión se tomó pensando que había suficiente información sobre el lugar como para proceder, “teniendo en cuenta el peligro en que creemos que están los secuestrados”, pero “desgraciadamente, a veces, estas cosas pasan”.
La portavoz señaló que hubo “varias bajas” entre los miembros de EI pero ninguna estadunidense.
Foley fue secuestrado en noviembre de 2012 cuando se dirigía a la frontera con Turquía, y aunque en un principio se pensó que estaba en manos de milicias progubernamentales, más tarde se supo que estaba retenido por los yihadistas del Estado Islámico en Siria.
En el video publicado el pasado martes por los extremistas, Foley se despide de su familia y acusa al gobierno de ser el responsable de su ejecución por la reciente intervención en Irak, donde el Pentágono lleva más de una semana de ataques “selectivos” sobre posiciones del EI en el norte del país.
Entre los secuestrados está el también estadunidense Steven Sotloff, que en el vídeo de la decapitación de Foley el EI amenaza con asesinar si EU continúa sus ataques en Irak.
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